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Caso Camargo: un testigo denunció que fue amenazado

Aseguró que un tío de dos de los imputados lo amenazó con un arma para que no declare en contra de ellos.

Por redacción
| 16 de marzo de 2022
Imputados. De izq. a der.: Yésica Villegas, Gonzalo Fenoglio, Kevin Calderón y los hermanos Aldana y Gastón Baudry. Foto: Nicolás Varvara

En la tercera audiencia del debate por el homicidio de Carlos Jesús Camargo, declararon vecinos de la víctima. Y por primera vez, de boca de ellos, se escucharon en la sala los nombres de los hermanos Gastón y Aldana Baudry. Varios de los testigos aseguraron que la noche que sucedió el homicidio, los vieron en inmediaciones de la casa de Camargo e incluso uno de ellos denunció que un familiar de los jóvenes lo amenazó con un arma para que no declare en su contra.

 

Javier Pereyra, vecino de Camargo, dijo que no solo teme por su vida, sino también por la de su expareja y de la de su hijastra. Ante la Cámara del Crimen 1 denunció que en noviembre del año pasado cuando salía de un salón de eventos ubicado en el barrio Caldén del Oeste se le presentó un tío de los hermanos Baudry, lo apuntó con un arma y le advirtió que no declare en contra de sus sobrinos porque sino atentaría contra su expareja y la hija de la mujer.

 

Testigos aseguraron ver a los imputados en inmediaciones de la casa de la víctima. 

El hombre fue el quinto testigo que declaró. Refirió que la noche que sucedió el asesinato, alrededor de las 21, llegó a su casa, que está ubicada a pocos metros de la de Camargo. Recordó que en la vereda de la vivienda de la madre de Yésica Villegas vio que había cuatro personas y una camioneta tipo Kangoo blanca. Una de ellas era Aldana Baudry, quien estaba junto a un joven al que no identificó. Como en sede judicial había declarado de manera clara que en esa oportunidad había visto a Yésica Villegas, a Aldana y Gastón Baudry y a un hombre bajo y de pelo largo, la fiscal de juicio 1, Virginia Palacios, le solicitó al Tribunal que fuera investigado por falso testimonio.

 

La Cámara ordenó que Pereyra se retirara por unos minutos de la sala y fuera retenido por la Policía, para que pudiera hacer memoria y reflexionar sobre las consecuencias que podría tener en caso de que se confirmara que incurrió en ese delito. Al cabo de unos minutos, tras la declaración de varios testigos, Pereyra lloró, habló de las intimidaciones y ratificó lo que había manifestado en primera instancia. Luego solicitó protección para su expareja y la hija de ella.

 

Como de su testimonio surgió que la mujer y su exsuegro iban con él en el vehículo cuando llegó y vio a los acusados en inmediaciones de la casa de Camargo, esas personas fueron conducidas por la Policía a declarar. El hombre dijo que no recordaba haber visto nada en ese momento y la ex de Pereyra refirió que no vio ningún vehículo estacionado, pero sí  a Aldana Baudry y a un joven en la vereda de la casa de su abuela, dos horas después de que ellos llegaron a su domicilio.

 

Después declararon tres testigos más. Uno de ellos es un taxista, que contó que era amigo de Aldana Baudry y que le compró a la joven un revólver calibre 22. Esa arma fue robada de la casa de Camargo el día del asesinato. Comentó que la imputada lo llamó y le ofreció el arma y que quedaron en reunirse en una estación de servicio alrededor de la una de la madrugada del 6 de junio de 2019, es decir, pocas horas después del crimen. Señaló que allí la joven llegó en un taxi que paró a la par de su vehículo, que ella bajó y subió a su auto donde le exhibió el arma, y concretaron el negocio con la promesa de que ella luego le daría la documentación del arma que era de su mamá, según le dijo.

 

Refirió que luego la chica se fue en el taxi en el que había llegado y que él dejó el arma en su casa y se fue a bailar. A las 5 de la madrugada ella lo citó en su casa y él fue, porque pensó que le daría los papeles del arma, explicó. Pero al llegar supo que lo había llamado para ofrecerle unas cañas de pescar que a él no le interesó comprar. Contó que después él viajó y a los días, cuando regresó, vio por los medios que habían asesinado a un hombre, que por ese caso habían detenido a Aldana y a su hermano y de inmediato fue al Departamento Homicidios y entregó el revólver.

 

El resto de los testigos, vecinos de Camargo, aseguraron que Villegas y su familia tenían cierta confianza con la víctima, a quien llamaban por su nombre de pila, a diferencia de ellos que le decían "Don Camargo". El testimonio más relevante entre esos fue el de Manuela Antuña, quien vive en frente a la casa del anciano.

 

La mujer dijo que la noche que Camargo fue asesinado sacó a sus perros a hacer sus necesidades y vio que Aldana Baudry estaba parada a pocos pasos de la casa del hombre, junto a un muchacho a quien ella no pudo reconocer. Señaló que había una camioneta blanca estacionada y aseguró que allí adentro estaba Villegas. Si bien no pudo ver a esta última, confirmó que se trataba de ella, ya que la identificó por una carcajada que lanzó. Resaltó que Villegas tiene una manera muy particular de reír.

 

MGE/Sofìa Ortìz.

 

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