En San Luis, por el derecho del trabajo sexual

Del 14 al 17 de marzo se realizó en la ciudad de San Luis el Plenario Nacional de Trabajadoras Sexuales. La provincia fue sede por ser la filial más nueva de Ammar, el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Argentina que ya integran casi 70 afiliadas.

Las cuatro jornadas de trabajo en la ciudad estuvieron encabezadas por Georgina Orellano, “prostituta callejera”, feminista y activista por los derechos de las trabajadoras sexuales argentinas, quien es, además, la secretaria general nacional de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) desde marzo de 2014.

“Ammar es una organización que hace muy poco cumplió 27 años, es un sindicato con alcance nacional que lucha por el derecho de las trabajadoras y trabajadores sexuales. En esta oportunidad, elegimos reunirnos en San Luis para retomar la planificación estratégica y el debate político después de haber atravesado esta pandemia, que fue durísima para nosotras”, contó la referente durante la visita que realizaron al Concejo Deliberante de San Luis, donde el plenario fue declarado de interés legislativo y municipal.

Georgina explicó que eligieron San Luis porque es la provincia donde más recientemente las compañeras se organizaron para conformar una filial. “Estamos acá para fortalecer la organización gremial de las trabajadoras y trabajadores sexuales puntanos, para planificar todas las actividades que vamos a hacer este año y debatir entre las doce provincias presentes el rumbo que queremos como parte de la clase trabajadora, como parte del campo nacional y popular y el camino que vamos a emprender este año hacia el reconocimiento del trabajo sexual como trabajo. Sabemos que es un debate que nos deben, es una deuda que tienen para con el movimiento de trabajadoras y trabajadores sexuales. Es sacar aquello que escondieron durante tantos años abajo de la alfombra, sacar aquello que molesta, que muchas veces no lo pueden ni poner en palabras, que es el trabajo sexual”.

Agregó que el principal objetivo de este año será trabajar para que se convierta en ley el proyecto en el que trabajan desde hace 4 años para que se reconozca al trabajo sexual como tal. “Este proyecto lo venimos trabajando hace mucho, ya lo hemos puesto a consideración de las distintas filiales y de las distintas modalidades donde se ejerce el trabajo sexual. Después tuvimos la pandemia en el medio y tuvimos que frenar el avance de esa discusión y debate, porque se presentaron en la organización y en las distintas filiales demandas de las compañeras que tenían que ver con lo habitacional y con lo alimentario, y ahora en San Luis lo retomamos, gracias a la posibilidad de realizar el Plenario de manera presencial”.

“Es muy importante todo lo que logramos, porque ya tenemos una madurez política que nos permite poner foco en las emergencias y las necesidades más urgentes de nuestro colectivo. Pudimos discutir este borrador, cerrar un proyecto con 30 artículos, que a partir de abril compartiremos con nuestros aliados y aliadas, a nivel municipal, provincial y nacional. Y en mayo tenemos el objetivo de llevarlo a los distintos despachos del Congreso de la Nación”.

Finalmente, Orellano valoró a la ley como la principal herramienta del colectivo para salir de la clandestinidad, para luchar contra la discriminación y para poder acceder a derechos laborales como obra social o jubilación. “Sería darnos existencia, porque lamentablemente al no estar reconocido el trabajo sexual, somos un sujeto inexistente para el Estado y la sociedad”.

San Luis en Ammar

Mónica Puliafito es la representante de la filial de Ammar en San Luis y es quien se movilizó para concretar la realización del Plenario en la provincia, donde además de las actividades internas del sindicato, también fueron recibidas y acompañadas por la secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad, Ayelén Mazzina; la directora de Inadi San Luis, Gema Rosales, y la presidenta del Concejo Deliberante, Paulina Calderón.

La situación de este colectivo en San Luis no escapa a lo que sucede en el resto del país y sobre todo en las ciudades más conservadoras. “En la provincia las trabajadoras sexuales somos pocas, por lo menos las que integramos el sindicato. Somos, por el momento, 25 en la capital y 40 en Villa Mercedes. Nos encontramos en una situación bastante vulnerable en el tema vivienda, planes sociales, que no recibimos ninguno, y es además un colectivo bastante cerrado y muy marginado por nuestro trabajo. Todos estos aspectos son nuestros principales motivos de lucha y reclamo”, indicó Mónica.