Santiago Irustia, un puntano con sueños de Selección

Santiago Irustia vive un presente de novela. Fue citado por el staff del seleccionado argentino de vóley para entrenar en el Cenard del 11 al 15 de abril. La idea es ver la sangre nueva para armar el equipo de la U21. "Esta citación la tomé como una nueva experiencia hacia el futuro y a mi carrera, pensando en llegar a jugar algún torneo importante con la celeste y blanca", comenzó diciendo el puntano.

El llamado le llega en el momento justo. A los 17 años y con un par de ligas A2, Santi está listo para dar el salto. Sabe que este es el primer paso, pero es una oportunidad que no puede dejar pasar. Sueña con ganarse un lugar y viajar a algún torneo con el seleccionado. Condiciones tiene, será cuestión de entrenar duro para llegar de la mejor manera a la gran cita.

Estaba compitiendo en los Juegos Evita cuando de repente recibió un llamado de papá Fabio para darle la buena nueva. "Siento que todavía no me cae la ficha de lo que está pasando y por pasar", aseguró.

El vóley es básicamente su vida, vive todo el día pensando en las competencias que vienen, en cómo mejorar individualmente y en cómo superarse a sí mismo. No es para menos, si tiene 17 años y hace diez que juega.

Voy con la gran expectativa de ganarme un lugar y jugar algún torneo con la Selección Argentina". Santiago Irustia, jugador de vóley de Lafinur.

 

Es un deportista versátil. Puede jugar de armador y de punta. Se desempeña en Lafinur y su gran sueño es seguir aprendiendo para crecer como jugador, y en el futuro vivir de esto.

Tiene como referentes a Ian Martínez y a Bruno Lima, dos jugadores del seleccionado argentino que ya dieron sobradas muestras del talento que tienen. Dice que los DT que más lo marcaron fueron Luis Testa y su papá Fabio, pero no quiere dejar de nombrar a Fabián Ochoa, Andrés Valdemarin y Jorge Quiroga, que le enseñaron mucho y fueron muy importantes en su formación como jugador.

Siempre jugó al vóley. Pasó por handball y fútbol, pero en el colegio. Cuando a los 7 años abrazó esta disciplina, nunca más la dejó. Es su gran pasión. "Santiago es vóley, sin vóley no soy Santiago", aseveró.

Tiene un enorme potencial. Entrena duro y cuenta con la capacidad de absorber lo que le dicen los entrenadores de turno. Está ante una gran posibilidad. La citación puede ser la llave que le abra puertas. No ve la hora de que llegue el lunes 11 para estar en el Cenard y entrenar. Está muy ansioso y con muchas ganas de empezar. Esta convocatoria es un premio al trabajo y al esfuerzo diario.

Cuando a los 7 empezó en el minivóley nunca soñó con este presente, pero a medida que pasaban las temporadas y ese apego por el deporte seguía, comenzó a querer algo más, y ese algo más llegó. El Cenard lo espera. Él está listo para dar el gran salto.