Edgardo Scott dará una charla en Merlo

Cuando el psicoanalista Edgardo Scott finalizaba una sesión con un paciente y le quedaba un bache de algunas horas para recibir al siguiente, aprovechaba el tiempo para abrir puertos a otros lados de su mente y de su inconsciente. Entonces los plasmaba en palabras. Así nacieron sus primeros escritos, novelas y ensayos, como una distracción de su labor principal que, actualmente, compite con la de escritor.

El novelista argentino, quien vive hace seis años en París, se presentará esta tarde en la librería Hexámetro de la Villa de Merlo. A partir de las 19, Edgardo compartirá fragmentos de sus escritos, responderá preguntas y, por qué no, tomará un vino con los merlinos.

“Las librerías me parecen la clave de la literatura y es importantísimo que todas las ciudades puedan acceder a una. Son como puertos, los escritos vienen de autores de todos lados y la gente puede viajar con ellos y abrirse con la cabeza a otras culturas y problemas para así entender mejor su propia realidad”, opinó Edgardo, autor de “Caminantes”, “Contacto” y novelas como “Luto”.

La conexión con Hexámetro se dio casi de casualidad: el escritor vio una publicación en Instagram de la librería con uno de sus libros. Agradeció el espacio y, a partir de allí, iniciaron un diálogo esporádico que en cuanto Edgardo planeó su viaje a Argentina, y a San Luis para visitar un amigo, no dudó en avisarles.

Para agendar

Hoy a las 19

Lugar: Hexámetro, Avenida del Ciprés 180

Entrada: Gratis

En 2000, Scott se fue de vacaciones junto con su amigo, quien ahora vive en Merlo, y visitaron Mendoza y San Luis, donde se encontraron con Mariano Stinga, el primero del grupo de Lomas de Zamora —donde se conocieron— que se mudó al interior. Desde entonces no dejó de venir a la provincia.

“Fui muchas veces a Merlo en los últimos 20 años a visitar a mi amigo, viajaba al menos una vez al año. Me llamó la atención la publicación porque en todos mis viajes no había visto librerías en la zona”, explicó el escritor oriundo de Lanús.

El vínculo del bonaerense con la escritura nació desde muy chico. Siempre fue un ávido lector motivado por una familia que consumía literatura. Pero la escritura llegó de más grande, en la adolescencia, y de la mano de la poesía y la música. No fue hasta que se recibió de psicoanalista que introdujo la ficción en su vida. 

“Empecé a escribir en los momentos libres que se generaban entre paciente y paciente. Esos espacios libres los llenaba con palabras, se convirtieron en un espacio de distracción y disfrute respecto al trabajo”, manifestó el caminante del lenguaje.

Redacción/MGE