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El Mantecol vuelve a manos de Georgalos después de 21 años

La empresa argentina negoció el traspaso de la marca con la compañía Mondelez Internacional. También adquirió otros dulces como Palitos de la Selva, Bazooka, Lengüetazo y Jirafa.

Por redacción
| 08 de julio de 2022
La marca fue creación de Miguel Georgalos en 1940. Foto: Internet.

El tradicional Mantecol vuelve a ser propiedad de sus creadores argentinos de Georgalos, tras estar 21 años en poder de la empresa norteamericana Mondelez. La compañía también adquirió en la compra otras marcas como Bazooka, Palitos de la Selva, Lengüetazo y Jirafa.

 

Georgalos negoció el traspaso de la marca y adquirió la planta ubicada en la localidad bonaerense de Victoria, donde se fabrica el Mantecol. Además, seguirá produciendo para Mondelez algunas líneas de chicles, caramelos y chocolates.

 

Desde la compañía aseguraron que se harán cargo de los 600 empleados que se desempeñan en la planta. “Somos un grupo argentino con presencia en varios mercados de Latinoamérica. Hemos creado categorías de productos de las más reconocidas en el país. Hoy seguimos produciendo, generando empleo de calidad e invirtiendo en la Argentina”, indicó que CEO de Georgalos, Guillermo Rimoldi.

 

 

Foto: Internet.

 

 

El Mantecol, marca infaltable en la mesa de los argentinos, había sido vendida por U$S 22,6 millones en enero de 2001, en medio de una crisis de la empresa, con la condición de sacar a la firma del mercado del postre de maní por siete años. Cumplido el plazo, Georgalos lanzó en 2008 su nueva marca “Nucrem”.

 

Dos décadas más tarde, la compañía argentina recuperó uno de sus productos insignia que está vigente desde 1940.

 

 

La historia del Mantecol

 

La marca fue creación de Miguel Georgalos, un inmigrante oriundo de la isla griega Chios, que estaba estudiando pastelería en Polonia, cuando un mes antes de que se produjera la ocupación alemana del territorio decidió embarcarse hacia otro destino y terminó llegando al puerto de Buenos Aires en septiembre de 1939.

 

El origen del postre de maní fue un derivado del halvá, un producto similar de mucha fama en Medio Oriente, que se hacía a base de pasta de sésamo, pero ante la imposibilidad de contar con la materia prima original se animó a probar con el maní, después de hacer un intento con la garrapiñada.

 

Luego de darle el visto bueno lo comenzó a vender desde su casa de Floresta, donde también hacían la producción.

 

El nombre Mantecol surgió a partir de que una vecina le comentó que por la forma en la que se vendía el postre envuelto en papel aluminio se parecía mucho a los panes de manteca.

 

El Mantecol era un éxito y la familia Georgalos decidió ampliar el comercio, por lo que compraron la vieja cancha de All Boys, que se ubicaba justo enfrente de su casa, en la esquina de las calles Segurola y Elpidio González. Allí emplazaron la primera planta de la empresa que en un primer momento fue bautizada como La Greco Argentina hasta convertirse en Georgalos Hnos.

 

El negocio continuó creciendo y a fines de los 50, la familia buscó un campo en Córdoba para autoabastecerse de maní. Así llegaron a la localidad de Río Segundo, que se convirtió en la sede de la empresa.

 

El postre se popularizó aún más a partir de la amistad de Georgalos con Manuel García Ferré, el creador de Anteojito, que durante años le cedió a la empresa la contratapa de la revista infantil. Ahí nació el jingle histórico de la marca que decía: "Por la vida contento voy, saboreando el rico Mantecol".

 

NA/SD.

 

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