La correspondencia, un oficio reinventado por la tecnología

Este miércoles 14 de septiembre se celebra el Día del Cartero en Argentina, en recuerdo de Bruno Ramírez, el primer trabajador que empezó en el rubro un día como hoy de 1771 en Buenos Aires. La actividad se reinventó a través de la tecnología y se mantiene en vigencia gracias al esfuerzo de los distribuidores de correspondencia. El Diario de la República dialogó con referentes del sector para conocer la actualidad del servicio. 

“Pasamos de ser caminantes, que fue mi caso hace más de 20 años, a tener movilidad, que es más práctico. Lógicamente, la ciudad ha crecido y el distribuidor necesita de un vehículo para la rapidez de las entregas, que es lo bueno porque no se podrían cumplir con los objetivos actuales”, dijo Víctor Hugo Criado, personal de tareas internas de OCA y excartero con casi 25 años en el oficio.

Desde el sector explican que la labor del cartero es un oficio cotidiano que se trabaja en conjunto. “Uno lo aprende con el tiempo, nadie arranca con el conocimiento de todas las calles, después de un tiempo tu experiencia hace que tu labor sea rápida y eficiente. Nuestro trabajo lo realizamos en conjunto con los auxiliares que separan los paquetes por zonas que tenemos que cubrir”, manifestó Sergio Hernán Ochoa, distribuidor de correspondencia del  Correo Argentino, con 23 años de antigüedad.

Los trabajadores de este servicio hacen referencia a cómo era el servicio y qué se mantiene en la actualidad. “Una persona que quiera ejercer esta tarea tiene que tener buena presencia, respeto hacia la gente y tratar de entregar la mayor cantidad de correspondencia posible”, explicó Walter Echenique, distribuidor del Correo Argentino, con 16 años de experiencia en el rubro.

“Con respecto a la movilidad, fue evolucionando, el cartero empezó caminando, después pasó a la bicicleta, ahora andamos en moto. Creo que hemos avanzado bastante, aunque todavía hay algunos de los compañeros que siguen con la bicicleta o caminando, siempre y cuando sea cerca del lugar de distribución de donde salimos”, subrayó Echenique.

“El viejo llamado cartero, que  hoy en día se convirtió en distribuidor, siempre salía a la calle con frío, con lluvia, con calor y mantenía una buena predisposición. Es un sacrificio del día a día, en el que uno aprende y mejora”, apuntó Raúl Olguín, distribuidor con 23 años de antigüedad en el sector.

La importancia de lo tecnológico aplicado a los servicios postales fue un punto clave para la relación con los demandantes.

“Es un proceso el traer nuevamente a los clientes, por eso últimamente proponemos un mercado más tecnológico. La idea es que las personas estén informadas a través de los dispositivos celulares de cómo va el envío y sea más eficiente la relación con el usuario”, describió Paulo Ahumada, personal interno con 24 años de antigüedad en el servicio de mensajería.

Y agregan que el sector también tuvo una debacle importante en su momento y hoy recién se pueden recuperar.

“La tecnología ha ayudado muchísimo, porque el papel desapareció y el plástico también, esto igual afectó el ingreso de correspondencia, más en la economía de un distribuidor de mensajería. Nosotros antes teníamos una especie de comisión por productividad sobre las piezas que se entregaban. Nuestro sector está reponiéndose, después de haber estado 13 años en una actividad pasiva, pero nos levantamos y supimos salir adelante”, finalizó Criado.

Los trabajadores de servicio postal en cada uno de los diálogos finalizaron dejando un saludo a los colegas que realizan esta actividad.

Redacción/MGE