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Suplentes del fútbol: la camiseta... ¿no se mancha?

El violeta, sinónimo de la lucha por la igualdad de género, se convirtió en el tono elegido para acompañar a la Scaloneta.

Por redacción
| 04 de septiembre de 2022
Si la remera te queda. Una de las imágenes promocionales de la nueva camiseta: él sentado, ella relegada a atenderlo. Una radiografía del machismo. Foto: Internet.

 Sobre un firmamento violáceo en su borde inferior se extienden unos rayos, algunos de los 35 que integran el sol de la Bandera argentina; aunque también podrían ser interpretados como pequeñas llamas, las de la revolución feminista. Al menos eso intentaron reflejar Adidas y la AFA en la nueva camiseta suplente de la Selección Argentina para el Mundial Qatar 2022.

 

Son los sacrificios y las luchas diarias de las futbolistas de los planteles profesionales y amateurs que sostienen al sol para que salga todos los días ante el firmamento violeta. Pero ¿los altos mandos del fútbol argentino están a la altura para llamarse los abanderados de todo un movimiento a través de un pedazo de tela? Spoiler alert: no.

 

En la historia de la Selección Argentina y los mundiales, al menos una vez, los jugadores debieron usar la camiseta suplente. La que portarán en Qatar fue presentada esta semana y la elección del violeta según Ricardo Gortari, gerente de Sports Marketing de Adidas, se debió a un valor que va en sintonía tanto con la compañía como con la AFA: el de la igualdad de género.

 

Gortari aseguró que tienen muchas deudas con las mujeres, pero que esta era una forma de empezar a pagarla. Entre ellas está la de la AFA con los salarios y contratos de las jugadoras: para un equipo de Primera División A, la asociación futbolera entrega solo 15 de ellos, antes de 2021 eran 12. Es decir, para las once titulares y cuatro suplentes, cuando a un equipo completo lo integran entre 20 y 25 deportistas. Además, los sueldos son abismalmente inferiores a los otorgados a los hombres en la misma categoría. Sumado a esto, a las integrantes de la liga más alta se les otorgó el título de "semiprofesionales” en 2019.

 

 

Como jugadora creo que hay otras cosas que pueden hacer para alcanzar una verdadera igualdad, además de una camiseta.  Daiana Alaniz

 

 “Cuando me enteré que el color de la camiseta era por la igualdad me pareció buena la idea, pero creo que, como futbolista, hay otras cosas que pueden hacer para alcanzar una verdadera igualdad, además de una remera. Como mínimo, un salario digno, porque la verdad es que nos desvivimos para cobrar migajas”, expresó Daiana Alaniz, la futbolista puntana que forma parte del Club Deportivo UAI Urquiza, puntero en la Primera División.

 

Pero si se va estrictamente a la campaña realizada por Adidas y jugadores y jugadoras de la “albiceleste”, lo llamativo es que, al ingresar al sitio oficial de la marca auspiciante de la Scaloneta, no existe una versión femenina de la camiseta que se hizo con el principal objetivo de indemnizarlas a ellas. Además, la locación para la campaña fue una barbería, lugar históricamente usado por hombres, donde retrataban a un grupo de deportistas en el que solo había una mujer y si recurrían a una pareja, ella lo peinaba a él. Porque si no patean bien la pelota, al menos, pueden dedicarse a la peluquería.

 

“No sé si es una solución, es más marketing que otra cosa, pero está bueno que den el lugar para que podamos ser parte, aunque sea de a poquito. Creo que también está el tema de la comercialización, el fútbol es muy machista, entonces está el pensamiento de que los únicos que compran y a quienes les gusta el deporte es a los hombres”, opinó la delantera de Independiente Valentina Barroso.

 

 

Lo llamativo es el detrás de la selección del color, en un deporte que tiene una gran brecha entre sus planteles femeninos y masculinos.

 

Recién este año la AFA incorporó en el reglamento del Campeonato de Fútbol de Primera División A, de forma obligatoria, que las jugadoras asistan con camisetas con su apellido, en un lugar visible de la espalda, y el parche con el logo oficial del torneo. Las únicas que tenían esto en regla eran las jugadoras de Boca y de River.

 

Hasta 2022, las futbolistas vestían camisetas con números aleatorios, en muchos casos con moldería masculina y, en las divisiones inferiores, les pasaban los equipos y remeras que sobraban de las ligas varoniles.

 

“Antes, mayormente se usaban camisetas del 1 al 11, las titulares como siempre, y algunos otros números, hasta el 18. Nosotras teníamos los apellidos en las medias. Menos mal que ahora es una normativa, es lo mínimo que deberíamos tener para ser formales. De todos modos, se nos considera semiprofesionales”, recordó Daiana. Y actualizó: “Ahora hay ropa más chica y entallada, son talles de mujer, ya no tenemos que estar envueltas en trapos, como pasaba en otros clubes”.

 

 

El interior de las camisetas

 

Valentina y Daiana dieron sus primeras patadas a la pelota en los potreros de la provincia, una en Villa Mercedes y la otra en Justo Daract, respectivamente. La primera en 2021 y la segunda un año antes, lograron hacerse un lugar en dos equipos de Buenos Aires para jugar en primera. Pero el camino estuvo repleto de córners, goles en contra y, en muchas oportunidades, de tarjetas rojas. Ninguno de ellos dentro de la cancha,

 

Valentina empezó a jugar a los seis años con los varones y lo hizo hasta los doce, cuando debió colgar los botines, ya que no había equipos de mujeres, por lo que pudo retomar su pasión recién a los 21. “Ahora los clubes tienen inferiores de fútbol femenino, hay escuelitas y eso antes no se veía. Además, dejó de ser un tabú para las mujeres el jugar al fútbol. Las más chiquitas tienen ahora una posibilidad más linda, porque fueron las mayores quienes pelearon por eso”, expresó.

 

Para Daiana, el arco y la pelota ingresaron a su vida a los 10 años, cuando jugaba en la canchita de su barrio en Justo Daract. A los 16 debutó en Aviador Origone, en Villa Mercedes, y continuó en el Ave Fénix y Juventud de San Luis, hasta que ingresó al actual puntero Club Deportivo UAI Urquiza.

 

 

El fútbol es muy machista, está el pensamiento de que los únicos que compran y a quienes les gusta el deporte son los hombres.  Valentina Barroso

 

“El camino para una jugadora es durísimo, he pasado por todo ese proceso de luchar por un sueño y viniendo a probar suerte con mi propia plata, obtenida de rifas y de la venta de empanadas. Logré tener un contrato acá, pero con la plata que te pagan no se puede vivir, muchas de las chicas estudian y otras trabajamos aparte para poder costearnos. Sigue siendo duro el camino, falta mucho para ser profesionales”, lamentó.

 

 

En San Luis

 

Hace menos de un año el gobierno provincial le dio vida a San Luis Fútbol Club; el 5 de abril de este año fue su presentación formal. Sin embargo, es el resultado de un trabajo que lleva dos años de planificación, inversión y trabajo desde la Secretaría de Estado de Deportes, a cargo de Cinthia Ramírez.

 

“Estoy interiorizada desde que arrancó el proyecto. Siempre estuve en contacto tanto con las chicas como con el cuerpo técnico, fijándome en qué las puedo ayudar, y me pone muy contenta verlas ahora. Sabía que iba a ser bueno el resultado, porque sé el nivel de equipo que tienen”, contó Daiana, a quien le ofrecieron sumarse al equipo, pero decidió quedarse en UAI.

 

Actualmente, el equipo puntano está puntero en la Primera C de AFA y permanece invicto con 17 partidos entre la fase de grupos y la zona campeonato, de los que ganó 14 y empató 3. Uno de los puntos claves para el éxito sostenido del equipo es la contención, desde especialistas como médicos y psicólogos a su disposición, y el costeo de los viajes, hasta el acceso a un sueldo digno, algo inusual para jugadoras de la categoría que mantienen. Otro de los detalles, no menor, es que el equipo recibió sus camisetas específicamente diseñadas para el equipo con talles de mujeres.

 

“Cuando Cinthia me encomendó realizar la tarea de diseñar las camisetas fue un poco diagramar todo el proyecto. Ella tenía una idea muy grande para el equipo de San Luis FC, entonces fue como entre todos ir aportando desde donde podíamos; lo mío fue la parte de la imagen”, explicó Nora Aguirre, diseñadora y exdelegada del San Luis FC.

 

Nora fue la encargada, junto a otro diseñador, de diagramar el boceto inicial de la remera junto con el escudo. Hizo tres equipos en violeta, celeste y fucsia, tomados de los colores utilizados por el Gobierno. Cada uno de ellos cuenta con su respectivo número y el logo del San Luis.

 

“Busqué hacer una camiseta que fuera diferente a las que se venían viendo en el fútbol y ponerle un poco la impronta de todo lo importante que era para nosotras la libertad, el romper los esquemas y también mostrar mucho dinamismo”, resaltó.

 

Un pedazo de tela puede ser significativo, con los colores y el mensaje correcto, pero no se construye igualdad con hilos y costuras, sino con normas y reglas justas. Quizás el violeta está de moda esta temporada, pero los derechos de las mujeres no caducan nunca.

 

 

 Redacción / NTV

 

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