Alejandro Magdaleno
Periodista
22N, elijo creer
El 22 de noviembre ya está marcado en la historia del drama futbolero que termina en final feliz... en el final más feliz de la gloria reciente de la Selección Argentina.
Un año atrás comenzaba el sueño mundial en Qatar. En la garganta aún tengo fresco el relato del gol de Messi de penal, para abrir el camino ante Arabia Saudita. El "10" a los 10 minutos. Numéricamente perfecto.
El VAR, desde el inmediato y tecnológico offside, anuló mal dos goles legítimos: uno de Messi y otro de Lautaro Martínez.
También tengo en las retinas la ráfaga de camisetas verdes merodeando el área de "Dibu" Martínez, que en odiosos 10 minutos iniciales del segundo tiempo cambiaron la historia: Saleh Al Shehri y Salem Al Dawsrai, los verdugos.
Era partido para goleada. Fue cachetada.
Tengo vivo el griterío árabe a la salida del estadio ante la incredulidad de los compatriotas. Y mezclados a la salida del subte, la energía de ese juego mutando a otras camisetas verdes, ahora de México, y blancas y rojas de Polonia, que jugaron un rato después.
A ese partido asistí pos caída de Argentina. Entre digerir que el candidato había perdido ante el ignoto seleccionado saudí, y enfocarme en la siguiente cobertura periodística. Como si en un libro de cuentos salís de una habitación por un espejo y aparecés en otro mágico escenario. A esa increíble dinámica me acostumbraría durante la primera fase del Mundial: ver, analizar y desmenuzar dos partidos por día. Increíble e irrepetible.
Ese 22N fue el debut inesperado que dio paso a la épica consagración de la Scaloneta.
Caprichoso el 22N. Porque hoy, también 22 de noviembre, apenas pasada la medianoche del 21 (por el demorado inicio de Brasil-Argentina tras la golpiza de la Policía Militar carioca a la hinchada campeona del mundo) apareció Lionel Scaloni en conferencia de prensa del Maracaná y, de una forma que sorprendió a propios y extraños como aquella caída en el estreno en Lusail Stadium, puso en duda su continuidad como DT.
El 22N moviliza desde las entrañas. Hizo reaccionar y potenció en 2022 a aquellos futbolistas hoy inmortalizados con la tercera estrella.
Este 22N ya moviliza a los dirigentes de AFA y al mismísimo capitán y emblema nacional, Leonel Messi, para seducir y buscar la continuidad del entrenador que cambió locura por mesura e inestabilidad por comprensión, el mismo que gesta el día a día desde la energía de dar más y más... de esa energía que parece haber flaqueado o que alguien debilitó.
22N, como hace un año en Qatar y ahora en otro Maracanazo "albiceleste", elijo creer.
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