Tras el pico del temporal, la venta de tanques de agua se normaliza

De a poco, Villa Mercedes intenta volver a la normalidad después de la tormenta que destrozó casas, edificios, calles y vehículos hace poco más de dos semanas. Y eso se refleja en la venta de tanques de agua que, tras un pico inesperado, empieza a recobrar su flujo habitual.

Los comerciantes que ofrecen este tipo de productos, que pueden encontrarse tanto en ferreterías como en corralones o en negocios de sanitarios, coinciden en que la demanda fue inaudita: la mayoría igualó en unos días lo que acostumbran trabajar en tres meses.

"Fue un desastre lo que pasó en la ciudad. Por mes suelo vender veinte tanques y en una mañana se llevaron sesenta, que era el stock que tenía. Después traje cien más y duraron dos días", repasó Roberto Bonato, el propietario de un local especializado en el rubro.

El hombre contó que el boom se concentró, justamente, en la primera semana después del granizo. "La gente estaba muy preocupada y salió a comprar para no quedarse sin agua, que es algo esencial para cualquier familia", dijo.

Sergio Pereyra, el dueño de un gran corralón con más de cuarenta años de antigüedad, agregó: "Después de que pasó el miedo, que la gente pudo corroborar los daños que tenían en sus casas, el sábado trató de salir a solucionar los problemas. Porque la electricidad y el agua son los dos servicios a los que todos nos hemos acostumbrado y que no nos pueden faltar".

Hubo diferentes niveles de roturas en los tanques elevados sobre los techos. A algunos la piedra los partió en lugares que hacen que ya no se puedan recuperar, y a otros les rompió las tapas. El problema es que la mayoría están hechos de fibra de cemento y que ya no se fabrican porque se consideran cancerígenos.

"Todavía quedan muchos de estos, pero ya no se consiguen. Por eso, vendimos una cantidad importante de los nuevos de PVC, de acuerdo a la economía de cada familia", sostuvo.

A diferencia de otros rubros, los comerciantes aseguraron que no hubo incremento en los precios, salvo por los habituales que imponen los proveedores cada vez que envían mercadería. Así, un depósito de 350 litros, que es el más pequeño, puede conseguirse desde unos $18.000. Luego están los de 550, que valen desde $22.000 en adelante, en función de si son de doble o triple capa o reforzados. Mientras que las capacidades más grandes son las de 850 y de 1.100, que pueden costar más de $40.000.

"Si eligen uno mediano, así y todo, quizás hay que sumarle los caños que se pueden haber roto, la llave, más el trabajo del plomero. Hay que tener en la mano entre $45.000 y $50.000. Es algo que tomó de sorpresa a todos y la gente no estaba preparada para gastar ese dinero", sostuvo Bonato.

Pereyra añadió que la demanda de a poco vuelve al ritmo normal, pero que todavía quedan clientes que no tuvieron urgencia. "Además, hubo mucha demanda de la mano de obra. Entonces, los albañiles han dado turnos y hay gente que sigue a la espera", dijo.

Sigue la demanda de vidrios

Nunca en la historia de Villa Mercedes se había registrado una demanda tan grande de vidrios. Las piedras gigantes que cayeron destrozaron vidrieras, ventanas, claraboyas, parabrisas y lunetas, casi al mismo nivel.

Desde finales de enero, las vidrierías se encuentran colapsadas por la cantidad de clientes que solicitan sus servicios.

Aunque durante este tiempo, ya pudieron atender muchas emergencias, lo que más demora son las colocaciones a domicilio. Los negocios tienen turnos entregados hasta abril.

El mismo panorama se advierte en los que se especializan en cristales de vehículos. Como hay pocos en la ciudad, llegaron instaladores de otras provincias y algunos conductores viajan a San Luis.

Redacción/ALG