Herbario de la memoria, un poemario que nació del dolor y floreció con la esperanza

Portulacas, glicinas, girasoles, tilo, orégano y menta son nombres de plantas y también de los poemas que creó Paz Herón Ruiz, la escritora villamercedina que presentó su libro "Lengua vegetal", un poemario que nació del dolor, el desvelo y la tristeza, y ahora floreció por la calidez de sus escritos.

Paz lo describió como una suerte de "herbario de la memoria" o de diálogo con las plantas para recuperar lo que no está, para conservar gestos, idiomas y sembrar esperanza.

"En agosto de 2021 falleció mi mamá. Creo que esa misma noche comencé a escribir compulsivamente. Es muy probable que varios de los versos de los poemas hayan salido de esos desvelos por la tristeza", contó la autora, hija de Julia Ruiz Biscontini, quien fue una fiel activista de los derechos humanos en Villa Mercedes.

La escritora agregó que "Lengua vegetal" es un poemario muy visceral, en principio, pero no así catártico. "Eso quedó en las primeras notas o en terapia. Luego de esos versos iniciales hubo todo un trabajo con la palabra, con la búsqueda de una voz, de un tono, de los silencios inclusive".

Paz necesitaba recordar a su mamá desde los pequeños gestos hacia ella, más allá de lo importante que fue para el resto de la sociedad. Así fue que pensó en sus modos de decir, su templanza, sus quejas, sus anhelos, su compañerismo que fueron de a poco formando su clorofila.

"Nací y aprendí a sentir de una mujer que además de militante, amaba hacerme coronitas de isófilas", recordó.

El poemario es el primer libro publicado de Herón Ruiz, aunque escribe desde siempre en diferentes géneros literarios. Además es profesora de Lengua y Literatura, o sea, que la lectura y la escritura están en su día a día.

"En la poesía encontré otras posibilidades, otra voz y formas de decir alejadas de lo pragmático. También allí hubo otros silencios y calmas que me ayudaron a entender el mundo desde otro lado", agregó.

Algo parecido le ocurre con el bordado, otro de sus amores más grandes, que decidió incluirlo dentro de su libro, aunque fue un desafío para ella porque salieron en blanco y negro y a la autora le gusta mucho trabajar con hilos de colores.

En su casa el arte siempre la acompañó. Su papá escribía, había muchos libros y se le inculcó el hábito y el amor por la lectura desde niña. "No voy a negar que ya desde chica, cuando leí 'Mujercitas', quería ser como Jo March. De hecho uno de los juegos con mi papá era inventar rimas y hacía libritos artesanales con mis cuentos favoritos. Lengua siempre fue de mis materias preferidas y terminé el secundario con la idea puesta de que quería estudiar letras", recordó la escritora.

 Redacción / NTV