Participó del asalto a un peaje y pide una condena abreviada

De los tres asaltantes que participaron del robo a mano armada a un peaje de Juana Koslay en mayo pasado, Lucas Ramón Figueroa es el que podría, como dice la expresión común, sacarla más barata. El martes, el fiscal de Instrucción 2, Ricardo Barbeito, y el abogado Ricardo Gutiérrez Esley presentaron un acuerdo de juicio abreviado para que el imputado sea condenado a 2 años y medio de prisión en suspenso. Si los jueces aceptan la propuesta, el hombre de 34 años quedaría libre en los próximos días. Sus compañeros de causa, en cambio, van camino a debate oral.

El hecho ocurrió el lunes 29 de mayo cerca de la 1:20 de la madrugada en el peaje Los Puquios, sobre ruta 9, en el ingreso al barrio Cerros Colorados de Juana Koslay. La provincia y el país acababan de salir de un fin de semana largo por el feriado del 25 de mayo y otro puente decretado para el 26, y las oficinas del peaje contaban con toda la recaudación del fin de semana, unos 2.686.000 pesos, según detalló ayer Barbeito.

La investigación determinó que los autores fueron tres: Figueroa, Yamil Eduardo González y Oscar "Chilavert" Salinas, a quien la Policía describió como un famoso asaltante de bancos y blindados de la década del 90 que registra nada más y nada menos que cinco fugas de 4 cárceles distintas.

Los agentes de la Dirección General de Investigaciones se movieron rápido y, con el aporte central del Sistema Inteligente de Seguridad Provincial (Sispro), pudieron identificar a los sospechosos y concretar su detención al día siguiente en cinco allanamientos: cuatro en la capital y uno en La Punta.

Este martes, antes de explicar los detalles del acuerdo, el fiscal de Instrucción 2 hizo un breve repaso de su teoría del caso acorde a las pruebas reunidas en la investigación. Barbeito relató que el primero en ingresar al peaje fue Salinas, quien armado con un revólver negro abordó al policía Carlos Eduardo Luna, que hacía la custodia, y lo despojó de su arma reglamentaria Bersa TPR9 negra con 14 cartuchos en el cargador y también su teléfono celular.

Luego, según quedó registrado en las cámaras de seguridad, el hombre se dirigió a otra dependencia en la que Flavia Beuti, supervisora del peaje, y Cinthia Romero, una cajera, contaban la recaudación que un camión de caudales debía recoger horas más tarde.

Detrás de "Chilavert" ingresó González, que llevaba en la cabeza un casco de moto color rojo y que, según las víctimas, se comportaba de forma más excitada y violenta que su cómplice. Él fue el encargado de meter el dinero que contaban las mujeres a un bolso y también otro resto que aún estaba en la caja fuerte, abierta y sobre la que quedaron impresas sus huellas dactilares.

La fuga

La dupla huyó en el mismo vehículo en el que había llegado, una moto tipo enduro marca Motomel que dejaron abandonada en la zona del perilago del Dique Cruz de Piedra. En ese lugar los esperaba Figueroa, que conducía un auto Honda Accord blanco, propiedad de sus padres y en el que emprendieron el regreso a la capital.

En los allanamientos del día siguiente, la Policía secuestró ropa similar a la que usaban los acusados, el arma de Luna, que se corroboró que era tal por el número de serie, y una gran suma de dinero distribuidos en los distintos domicilios. El Accord estaba en la casa de los padres de Figueroa, en La Punta.

“El itinerario que hicieron ambos vehículos desde la ciudad capital hasta Juana Koslay y a la inversa quedaron registrados por el Sispro y por cámaras de seguridad pública. Así se estableció que la moto partió desde inmediaciones del barrio 500 Viviendas Norte y que el Accord fue registrado en  Centenario y San Juan”, muy cerca de la casa de Figueroa, que vive en calle Lamadrid al 2400, relató ayer Barbeito. “La evidencia con la que cuenta esta fiscalía es más que suficiente para endilgarle los hechos al señor Figueroa”, aseveró.

No obstante, el funcionario judicial hizo una aclaración: “Tras la formulación de cargos, con el análisis detallado de las filmaciones y los testimonios, pudimos determinar que Figueroa nunca estuvo en el peaje. Si bien participó del hecho, la realidad es que, a juicio de esta fiscalía, su participación en el hecho fue secundaria y, de no haber estado él, el robo se hubiese consumado igual”. La mención fue a raíz de que, en primera instancia, el imputado fue procesado como partícipe necesario, una figura penal más grave que la de partícipe secundario.

De acuerdo

Por esa salvedad, sumado a que el hombre no tiene antecedentes, Barbeito y Gutiérrez Esley acordaron una pena a 2 años y 6 meses de prisión de ejecución condicional sujeto a ciertas normas de comportamiento. Romero y Beuti, quienes estuvieron presentes en la audiencia, manifestaron su conformidad sobre el proceso.

Cumplidos los requisitos de forma, la jueza Adriana Lucero Alfonso hizo pasar al estrado a Figueroa y le preguntó si admitía el delito, su calificación legal y la pena acordada. Él contestó a todo con un simple “Sí, doctora”. Atrás su madre y otra mujer lo escucharon.

Ahora el tribunal, conformado también por Hugo Saá Petrino y Fernando de Viana, deberá resolver si homologa o no el acuerdo en los próximos 10 días hábiles.