Dos condenados y dos absueltos por el crimen de Claudio Leyes

La última audiencia del juicio por el homicidio de Claudio Ariel Leyes fue extensa. Desde cerca de las 10 de la mañana, las partes expusieron sus alegatos y la fiscal de Juicio les atribuyó la culpa por el crimen solo a dos de los imputados: Bernabé Chávez y Aníbal Galeano. A Yamila Barroso pidió condenarla por el delito de encubrimiento y para Verónica Agüero pidió la absolución. Finalmente, pasadas las 16:30, el tribunal reingresó para dar el veredicto: declararon culpables a los hombres como coautores de “Homicidio en ocasión de robo” y a ellas las absolvieron. La cuantificación de la pena, es decir, la cantidad de años que los condenados purgarán en la cárcel, será definida en una nueva audiencia a celebrarse este miércoles a la mañana.

Como ya ha mencionado en alegatos anteriores, la fiscal de Juicio Virginia Palacios comenzó su alocución apelando a la honestidad intelectual, al principio de objetividad y a la valentía que debe regir al Ministerio Público Fiscal (MPF) para “no acusar por acusar”. Eso atento a que, dijo, no pudo sostener la hipótesis que presentó al inicio del juicio, en la que citó a los cuatro imputados como coautores del hecho.

Sobre Galeano y Chávez dijo que lo ventilado en el debate dejó por demás acreditado que ambos, de manera conjunta, arremetieron contra Leyes con violentos golpes de puño que le provocaron múltiples fracturas de cráneo, y, a su vez, que no surgieron pruebas para sostener que las mujeres tuvieron un codominio funcional ni responsabilidad en lo que pasó, aunque Barroso sí recibió en sus manos parte de los documentos robados a Claudio.

Enumeró cada uno de los informes policiales y médicos anexados a la causa y, adelantándose a los argumentos de una de las defensas, sostuvo que la muerte de la víctima (9 meses después de ser golpeada) se debió exclusivamente a las lesiones y no a las afecciones posteriores que sufrió mientras estuvo postrado.

En distintos pasajes se refirió al dolor de la familia y, de alguna manera, a la decepción que podían causarle sus palabras, sobre todo cuando mencionó a Reymundo Cabrera, la persona que citó a Leyes en la playa de estacionamiento en la que fue atacado, no como partícipe, sino como un testigo clave que permitió llegar a la acusación. “Él situó a todo el grupo dentro del auto. Marcó la secuencia de los hechos y situó en cabeza de Chávez y Galeano la ocurrencia de los hechos”, mencionó.

“Nada va a sustituir la pérdida de Claudio”, dijo sobre el final y pidió una condena por “Homicidio en ocasión de robo” en calidad de coautores para ellos, que Barroso reciba una pena por “Encubrimiento agravado” y a Agüero no la acusó.

Una emboscada

Para Iván Coria, abogado de la familia del hombre asesinado, la agresión a Claudio fue planeada y premeditada. “Acá hubo dolo, una intención, una voluntad. No hubo una pelea: fueron cinco personas atacando a otra indefensa. Esto fue una emboscada. Leyes ni siquiera tenía lesiones de defensa. Se trató de un plan organizado donde cada uno tuvo un rol específico”, sostuvo y mencionó que Cabrera fue el encargado de citar a la víctima, que los otros dos fueron quienes lo redujeron y golpearon, y que las mujeres fueron las encargadas de despojarlo de su billetera, teléfono y documentación.

Pidió que los cuatro sean condenados como coautores de “Homicidio en ocasión de robo” y que el tribunal libre una compulsa para investigar a Cabrera por el delito de falso testimonio.

A su turno, Federico Martín Putelli, abogado de Galeano y Chávez, disintió con las calificaciones anteriores y pidió que Galeano fuera sentenciado por “Homicidio preterintencional”, es decir, por una agresión que no buscó la muerte de la víctima, sino que eso fue una consecuencia indeseada, y a Chávez, por robo, ya que a su entender existieron ambas conductas pero de manera aislada y que el segundo se aprovechó de que Leyes yacía en el piso para robarle.

La más dura fue Adriana Algarbe, defensora de Barroso, para quien el hecho se trató de una pelea entre borrachos que se desconocieron; luego, tildó a Leyes de ser un adicto al alcohol que la madrugada del hecho ni siquiera debió salir de su casa y dijo que su familia está movilizada por la venganza. En su opinión, el motivo central del hecho fue el consumo, tanto de alcohol como de drogas.

Luego de ella, la defensora oficial de Juicio, Eliana Pradel, quien asistió a Agüero, utilizó una presentación de PowerPoint para apoyar una extensa alocución en la que pidió que su defendida sea juzgada con perspectiva de género, ya que sufrió múltiples situaciones de violencia, las últimas a manos de su pareja, Chávez.

Dijo que la mujer fue vulnerada sistemáticamente y que al momento del ataque estaba sometida por el hombre, y que por eso nunca podría haber tenido un codominio de la situación.

Antes de pasar a deliberar, los jueces les ofrecieron hablar a los imputados, pero solo Galeano lo hizo. Dijo que su conciencia está tranquila y pidió “sinceras disculpas a la familia Leyes. Esto no fue premeditado ni hubo intención de que perdiera la vida”. Mencionó también que él esquivó golpes de la víctima y que, agachado, vio que Claudio bajó la guardia y le pegó un solo golpe en el maxilar. “Que Dios lo tenga en la gloria y que este tribunal sea benevolente”, cerró.

A pesar de que quizás no era lo que buscaban, la madre, hermanos y otros familiares de Claudio lloraron y se abrazaron tras el fallo, y agradecieron a los fiscales y a su abogado.

Redacción/ALG