Tras un violento robo, piden que la Policía vuelva a patrullar calles

Sergio Figuerola continúa en un centro médico de Villa Mercedes. El hombre, dueño de una heladería, no ha hablado con casi nadie desde la madrugada del lunes, cuando tres delincuentes lo asaltaron con un palo en su casa.

Quienes lo conocen dicen que sigue en shock. Pero quien sí habló por él es Daniel, otro comerciante del rubro heladería que lo conoce y también sabe cómo es la zona donde vive la víctima. "Es un lugar inseguro, alejado y solitario, la comisaría más cercana está a cinco kilómetros y nadie patrulla", dijo.

Según confirmó Daniel y otra fuente, este jueves Figuerola sería operado. Los médicos le colocarían una "placa o tornillo en el brazo que le fracturaron los ladrones".

El asalto en cuestión fue alrededor de las 2:30 en General Paz al 2700, en Los Orígenes, un barrio ubicado a las afueras de la ciudad y al norte. Se trata de un vecindario que crece a medida que la gente compra un lote y, de a poco, construye su vivienda ahí. Los terrenos son enormes y por eso la distancia entre un vecino y el siguiente es grande, además del hecho de que no todos los propietarios han logrado construir su casa aún.

Figuerola fue atacado en el preciso instante que salió a la vereda a buscar a su perro. Tres delincuentes, uno armado con un palo y otro con un revólver de juguete, lo agredieron a él, a su hija y al novio de ella. La esposa del heladero se salvó porque no estaba allí, sino en el comercio, trabajando.

Los atacaron cuando los tres salieron a la vereda y también cuando lograron meterse al domicilio. "Los sonaron a palos. Estuvieron ocho minutos dentro de la casa, dándole palos y palos. Apretaron a la hija, la agarraron del cuello y el novio de ella también ligó golpes por todos lados", resumió Daniel.

El comerciante sostiene que la falta de presencia policial no es solo en ese sector de la ciudad, también es en el centro y los barrios. "Antes teníamos a la Policía Ciudadana que andaba por los barrios, recorrían y tomaban contacto con los vecinos, pero ahora que colocaron esas garitas no salen a patrullar más", se quejó.

"Yo tengo el negocio en el centro, por la calle Pedernera, y no se ve ni un policía. A veces hay alguno que anda en monopatín, pero lo que sí se ve son los empleados del Municipio esperando ver a quién le pueden hacer una multa por estacionamiento o algo así", agregó.

Daniel entiende que no puede haber un efectivo por cada ciudadano, pero "sería mejor que anduvieran por la calle, como antes, porque eso te da seguridad".