Javier Lorenzo, el C.S. Lewis que discute con Freud

El encuentro entre Sigmund Freud, férreo ateo, y el escritor C.S. Lewis, católico ferviente, es imaginado en “La última sesión de Freud”, la obra que este jueves se presentará por primera vez en la provincia en el Cine Teatro San Luis. Está protagonizada por Luis Machín y Javier Lorenzo.

En el papel del autor de “Las crónica de Narnia” está Lorenzo, un talentoso actor nacido González Chaves, una localidad bonaerense ubicada a 450 kilómetros de la capital, que visitará por primera vez San Luis. “Es una honra doble ir a trabajar y a conocer”, dijo en una charla con El Diario.

El protagonista aseguró que “La última sesión…” es una pieza que ya tiene un año y medio de recorrido, lo que la consolidó en cuanto a las relaciones entre los protagonistas y el texto. “Es una obra súper interesante porque los temas que toca nos atraviesan a todos y en muchos casos nadie ha dado todavía una explicación certera de ellos”.

Cuando lo convocaron para la obra -que hoy llega a San Luis como una producción de Diego Sosa manager group-, Lorenzo se entusiasmó con la idea de trabajar con Daniel Veronese, el director y encargado de la adaptación. Y también con la posibilidad de compartir escenario con Machín, a quien conocía de un trabajo anterior. “Estar con él es un gran aprendizaje -señaló el artista-, porque tiene un talento increíble y además porque es una gran persona, algo que es fundamental para mí”.

Además de la religión, un tema central, la obra trata sobre la guerra, el amor, el sexo, la ciencia y otras inquietudes que eran común en los dos protagonistas. 

“Si tengo que elegir de quién estoy más cerca en el pensamiento, diría que de Freud, más allá de que tengo una formación católica, pero no tengo una decisión tomada al respecto. Siento que hay algo espiritual que nos atraviesa a todos pero tampoco creo en la imagen que se hace de Dios”, sostuvo Lorenzo, quien se alegra de tener esa postura en la que no puede dar fe de nada. 

Cuando terminó la escuela secundaria, Javier se fue a La Plata con la intención de estudiar Informática. Luego pasó a Buenos Aires para estudiar Diseño gráfico y, gracias a unos amigos, empezó a tomar clases de actuación. “Hasta entonces, para mí los actores eran personas de otro planeta a los que veía solo en la tele”.

Luego de un par de meses de estudio de actuación, Lorenzo tuvo el mágico descubrimiento de que eso era lo que le gustaba. Se dio cuenta porque -recuerda- la pasaba bien en las clases y le salía el deseo de actuar, sin tener, todavía, la decisión de ser actor. 

Fue tal la pasión que le puso, que al poco tiempo se encontró dando clases de teatro en la Universidad Nacional de las Artes, otra actividad que lo llena de orgullo. “Es un espacio que me encanta, me da mucho material como actor porque aprendo de mis alumnos”, sostuvo.