Caída de precios: la versión oficial vs. la realidad

El gobierno que encabeza Javier Milei no deja de celebrar la cifra oficial de la inflación de septiembre, que el Indec publicó ayer. El 3,5 por ciento le dio aire al relato libertario: hubo desaceleración contra agosto y fue el número más bajo desde noviembre del 2021 para el IPC. La caída se produjo por una marcha más lenta del precio de los alimentos y bebidas, que crecieron por debajo de la media inflacionaria e influyen fuerte en el Índice de Precios al Consumidor.

Con esos números, el ministro de Economía Luis Caputo salió a decir que la dinámica moderada del rubro cambió gracias a la baja de 10 puntos en el Impuesto PAIS, un gravamen que redujo su alícuota pero aún se aplica a todas las importaciones.

Horas después, la teoría oficial fue refutada por comercios y supermercados, que advirtieron que el verdadero "regulador de los precios" de la canasta básica es la crisis, y no la baja del tributo.

"No se tocan precios porque no se vende nada", dijeron los voceros de una multinacional de hipermercados, y agregaron que le buscan la vuelta a la crisis con una batería de ofertas salvajes.

El sector supermercadista tiene datos que explican la verdad más allá del "relato" de la injerencia del Impuesto PAIS en los números de alimentos y bebidas: los importados, incluyendo textiles, electro y juguetes, representan algo más de 9 puntos de la venta total. Y en el caso de alimentos, el margen de importados es muchísimo menor. Entre lo que se trae de afuera, por caso, hay bananas, café, cacao y atún: ninguno de esos rubros tiene un peso fuerte en las ventas ni una gran demanda.

Aseguran además que silos importados fueron los que equilibran a los precios de la canasta básica, esos productos se deberían estar vendiendo de manera masiva, algo que no sucede.

El enojo de los comercios con el Gobierno por la lectura de la crisis es una constante que se mantiene en silencio. Critican que desde el Ejecutivo no parten ideas que permitan meterle un peso extra a la población en el bolsillo, lo que redundaría en un repunte de las ventas.

Algo de eso denunció hace unos días  la CAME, que también reporta caídas récord en las ventas de productos de consumo masivo.

Las ventas en septiembre cerrarían con una caída del 18%, la más alta en todo el año, y será la primera vez en la historia argentina que habrá 12 meses seguidos de caída en el consumo masivo.

El último informe de Scentia observa cuánto caen las ventas por sectores, lo que explica la teoría de los supermercados de que los precios se equilibraron porque no hay movimiento de mercaderías en volumen.

La consultora que dirige Osvaldo Del Río precisó que las ventas de Impulsivos, los productos que se consiguen en las líneas de caja (golosinas, pilas, bebidas), cayeron 27% en ese mes. El dato no sería importante, al no ser productos de primera necesidad, si además no estuvieran cayendo, en los mismos márgenes, aquellos que sí lo son: Bebidas Sin Alcohol caen 25 puntos, Higiene y Cosmética un 20, Limpieza de Ropa y Hogar un 16%, Desayuno y Merienda un 14,4 y Alimentos un 12,4%.

"Nadie está tomando suba de precios o los están tirando para abajo para tratar de vender algo y, de todos modos, no vendemos", precisó un comerciante.

Los comerciantes le insisten al Gobierno que el elevado precio de tarifas y regulados deja sin capacidad de compra a los sectores medios, que son los que apalancan la pirámide del consumo masivo. Por ahora, no hay respuesta.