Terminó la relación porque la golpeó y él le destrozó la casa y le pegó con una escoba

Una mujer, vecina de Villa Mercedes, le puso punto final a su relación con su pareja. Era violento y la había golpeado. Pero esa pesadilla, que sufría sin soñarla, estaba lejos de terminar. Una jueza le impuso una restricción perimetral que le prohibía acercarse a su ex. Pero a él le dio igual, ni la Justicia ni nadie le iba a impedir arrimarse a ella. Por eso fue hasta la casa de la mujer y, desde afuera, le gritó que la iba a matar. Con una escoba, rompió puertas y ventanas intentando entrar, hasta sacó el machimbre del techo para ver si lograba ingresar por ahí.

Se enfrentó con el hermano de su ex y, finalmente, consiguió pegarle a ella con la escoba. No paró ni cuando llegaron los policías, a quienes les hizo frente con el palo. Al final consiguieron detenerlo y, este miércoles, un juez lo envió preventivamente al Penal por los siguientes tres meses.

Lo imputaron por siete delitos: "Amenazas simples", "Amenazas agravadas por el uso de arma", "Violación de domicilio", "Daños", "Lesiones agravadas por el vínculo y en contexto de violencia de género" y "Resistencia a la autoridad".

Este miércoles, cuando la fiscal adjunta Nayla Cabrera Muñoz reiteró los cargos en su contra, solicitó que sea encarcelado. Recordó que, en el pasado, le impusieron medidas menos gravosas, como la restricción de acercamiento, pero jamás las cumplió. Explicó, además, que si continúa en libertad podría perjudicar la investigación por la presión y el miedo que puede generar en la víctima y pueden llevarla a no presentarse en las audiencias.

Señaló sobre todo que si el joven de 29 años sigue libre, podría atentar contra su expareja y su familia, algo de lo que ya ha dado sobradas pruebas. Mencionó que hasta los profesionales del Cuerpo Auxiliar Interdisciplinario concluyeron que "existe un alto riesgo hacia la víctima, por violencia física, psicológica, ambiental y social".

El hombre atacó a la mujer de 28 años por última vez el 22 de septiembre. Él no aceptaba que la relación entre ellos se había terminado y ese domingo, cerca de las 6:30, se fue hasta la casa de la madre de su expareja, donde sabía que estaba ella, por calle Balcarce.

La víctima no estaba sola, la acompañaba su hermano. A los gritos, le ordenó que le abriera y lo dejara entrar porque si no la iba a matar.

La mujer y su hermano trabaron todas las aberturas. Pero eso no lo detuvo. Trepó una medianera y se subió al techo. Allí comenzó a arrancar la madera con la idea de ingresar a la vivienda, pero no lo consiguió.

Entonces, rompió una puerta y logró meterse al patio de la casa. Ahí partió el palo de una escoba y con eso, a los golpes, destrozó puertas y ventanas, otra vez con la intención de entrar a la vivienda.

Forcejeó con su excuñado, a quien atacó con la escoba. Luego, golpeó a su expareja con el palo y la lesionó.

Para ese entonces, ya habían llegado un par de policías, alertados por un llamado al 911. Pero el joven seguía embravecido. Amenazó a los efectivos con el pedazo de escoba y se resistió al arresto hasta el último momento. Cuando consiguieron esposarlo, lo llevaron a la Comisaría 9ª.

Este miércoles, antes de que le dictaran la prisión preventiva, a través de su defensora, el hombre dijo que tiene "problemas de consumo" y que estaba dispuesto a seguir un tratamiento, con tal de no ir preso. Pero de nada le sirvió la promesa.