Vuelven a atacar la casa de un panadero golpeado semanas atrás

El pasado viernes 8 de noviembre, mientras Jorge celebraba el cumpleaños de su nieto con su familia en la casa de su hijo, la alarma de su vivienda en el barrio Nuevo Amanecer, en lo zona de la Primera Rotonda, se activó, alertando de una nueva intrusión. Esta vez, los delincuentes aprovecharon la ausencia de Jorge y huyeron con un botín mayor, llevándose varios de sus objetos personales. El hombre, pensionado y panadero, agradece que esta vez no tuvo que enfrentarse a los asaltantes, ya que aún no ha logrado recuperarse del traumático asalto que sufrió el 12 de octubre, cuando fue brutalmente golpeado por dos intrusos en su propia casa.

El violento ataque de octubre aún resuena en la memoria de Jorge y su familia. Aquella noche, el hombre y su esposa fueron sorprendidos mientras dormían; a pesar de haber asegurado su hogar y activado la alarma, dos ladrones lograron ingresar forzando una ventana ventiluz. Despertado por ruidos extraños, Jorge se levantó y se encontró con uno de los delincuentes, quien lo amenazó desde el patio con un “te voy a quemar”.

El intruso logró ingresar, y Jorge, decidido a defender su hogar, comenzó a forcejear con él. Sin embargo, un segundo ladrón apareció y, armado con un fierro arrancado de la reja, le asestó un golpe brutal en el rostro, dejándolo prácticamente indefenso. Ambos atacantes continuaron golpeándolo sin piedad, arrojándole puñetazos y patadas mientras él yacía en el suelo. Al final, escaparon con un televisor de 32 pulgadas y un celular, dejando a Jorge con múltiples heridas y en estado de shock.

Con dos denuncias ya realizadas, la comunidad de Nuevo Amanecer no oculta su indignación y su preocupación por la falta de patrullaje en la zona. Los vecinos demandan una mayor presencia policial y medidas de seguridad efectivas que eviten que situaciones como esta sigan ocurriendo. Para Jorge, quien vive de su modesto emprendimiento panadero y aún no ha podido retomar sus actividades con normalidad, estos ataques no solo han dejado secuelas físicas sino también un profundo temor e impotencia frente a la violencia que hoy golpea a su barrio.