La mixtura renovadora
La cantante salteña pasó por San Luis y dejó en claro que está dispuesta a hacer algunas cosas nuevas.
Quienes buscan dendadamente el futuro de la música argentina podrían encontrar en Feli Colina una respuesta rápida y certera a sus indagaciones. La cantante y compositora representa una tendencia que se dirige hacia la fusión sin prejuicios ni especulaciones, como debería ser el arte en general.
Salteña, de 30 años, radicada hace una década en Buenos Aires y autora de tres discos que se fueron superando gradualmente, Feli tocó en San Luis el jueves a la noche ante 100 personas que quedaron maravilladas por una propuesta que debería ser más usual en los escenarios nacionales.
Colina demostró en Cede -un nuevo espacio llamado a completar la oferta de despertar de espectáculos en el centro de San Luis- su poderío compositivo y también su capacidad interpretativa. El show fue un muestrario de canciones propias y algunos covers que perfilan el costado musical del artista.
Porque Feli acostumbra a grabar canciones de otros quizás más por gusto propio que para demostrar o demostrarse las referencias que sigue. Gilda y Ricardo Montaner -por nombrar a dos artistas a los que no versionó en San Luis pero sí en sus grabaciones- convven con el folclore más tradicional y algunos coqueteos electrónicos en una globalidad que no puede más que atraer.
En el mundo musical de la salteña y en el recital que dio en la ciudad, una copla puede estar acompañada de beats electrónicos y una chacarera se entrelaza con ritmos brasileños, responsabilidad de Conceçäo Soares, la percusionista carioca, quien junto a Licina Picón conforman un trío extraño, novedoso, como todo lo que rodea a la música de la salteña.
Sobre el escenario la cantante no para de seducir y de cantar en modo descarado, en medio de una comunicación fluida con el público al que halagó de modo permanente por su forma de cantar. “Menos mal que refrescó un poquito a la tarde, casi se me baja la presión”, comentó, simpática.
El recital estuvo dividido en bloques de temas ajenos al principio y al final, con lo que podría llamarse el desarrollo (en términos narrativos) repleto de creaciones propias. Apenas comenzado, el show dio un cachetazo efectivo al pegar “Chacay manta”, clásico que hicieron, entre otros, “Los Chalchaleros”, con “Demasiado nada”, de “Flema”. Después de eso, cualquier fusión era posible en la colina de la vida.
El sector del medio del concierto contuvo los temas propios de Feli, también entremezclados entre ritmos originarios y algunos más modernos. Ese segmento fue cortado cuando la cantante invitó a Pamela Guzmán, Fernanda Rivero y Carlos Braile, quien abrió la noche con un recital propio de su estilo, a interpretar “Madre”, temazo de su disco, “El valle encantado”.
Corta pero efectiva, la presentación en San Luis concluyó con otra demostración de apertura y su versión orgásmica de “Trigal”, el tema romántico de Sandro pegado a “Carnavalito del duende”, de su comprovinciano Gustavo “Cuchi” Leguizamón.
En el final, la cantante insistió con sus reversiones modernas de clásicos folclóricos y arremetió con “Doña Ubenza”, un tema de “Chiche” Echenique que versionaron desde El Bahiano hasta Mariana Carrizo pasando por Mercedes Sosa. De todos ellos y de muchos otros se nutrió Feli Colina para abanderarse como una de las propuestas renovadoras de la música nacional.
Redacción.


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