Mario Tello, el hombre de "la palabra"

Una noticia amarga marcó la partida de un hombre de la cultura, el periodismo y la docencia de La Toma. Mario Tello, falleció el 2 de noviembre y dejó una huella imborrable. Es difícil hacer un racconto de su vida; generó una multiplicidad de aportes que quedaron grabados en el colectivo imaginario.

Fue maestro de la Escuela Nº 114 "Dr. Ricardo Gutiérrez". Su paso por la institución fue clave. Su enseñanza trascendió las aulas. Como buen maestro de pueblo, se interiorizó en un aprendizaje integral, que abordó mucho más que las nociones conceptuales. El grito de los niños que lo aclamaban "profe", con abrazo de por medio, resume su contribución.

Guardapolvo blanco, voz grave, personalidad dulce con las infancias, decoró por años y años el devenir del conocimiento.

Su sello no terminó allí. Trascendió en el campo de la comunicación, en su paso por las programaciones radiales de la localidad. Espacios tradicionales de tango, encuentros con la cultura popular, entrevistas, fueron algunos de sus aportes. Y con el tiempo lo coronó con "La Palabra de La Toma", una revista que trazaba información de la zona y regalaba esquemas culturales, poemas, curiosidades, que sumaban al saber del terruño.

Mario era un apasionado del conocimiento local. Sabía de todo. Con él, se podía hablar de cualquier tema. Y era muy conocedor de la historia de La Toma. Reconocía perfectamente los apellidos de los primeros pobladores, los primeros comercios, los primeros bares, las primeras farmacias. Guardaba en sí el devenir de la localidad, que volcaba de vez en cuando, cada vez que tenía la oportunidad, tanto en charlas informales como en sus espacios de comunicación.

Un cultor de la puntanidad. Un creador infinito. Un hombre de palabra. Una característica fundamental que tenía, es que era abierto a la juventud. Desde su lugar, daba espacio, generaba las condiciones para que todos tuvieran voz. Tanto en lo propio de su profesión, como en otros ámbitos de la vida.

Sin dudas, con Mario se va una parte fundamental de aquello que hace a lo "tomense". Pero queda en el transcurso inmemorial la semilla de un periodista, un maestro que marcó a toda una generación. 

Gracias Mario. Hasta que el tiempo nos vuelva a encontrar.