Cansados de la basura, vecinos le exigen a Hissa que limpie la ciudad
La zona sur arroja importantes focos infecciosos. Ocurre lo mismo en otros puntos de la capital.
Es de no creer, pero alcanza con escuchar la palabra herida de vecinas y vecinos que no son escuchados. La basura prolifera en la ciudad y cada rincón guarda retazos de focos de enfermedades, con presencia de roedores y residuos a gran escala.
El Diario de la República recibió innumerables reclamos de lectores, que recurrieron a la prensa tras el silencio brutal de la gestión de Gastón Hissa. En un sondeo por los barrios 544 Viviendas, Maximiliano Toro, Florencio Navarro y San Luis XXIII, entre otros, se pudo advertir la desidia de una gestión absolutamente ineficaz.
“Hace 26 o 27 años que vivo acá y es una constante discutir con vecinos que tiran mugre. Ayer vino una máquina y tapó una parte donde había un perro muerto, no se podía estar del olor. Hace casi 2 meses que está así, no vinieron más. No sé por qué el Gobierno no hace nada, no se puede vivir así, es asqueroso”, lamentó Silvia, del barrio 544 Viviendas.
“Señor intendente, por favor venga a limpiar. Tenga un poco de cordura. Somos seres humanos”, agregó frente a la inacción del Municipio de Hissa. La mujer aseguró que pese a los reclamos que ha efectuado, nadie hace nada por solucionar la cuestión.
San Luis ya no es el de antes. Ahora parece el escenario de una película apocalíptica o el ejemplo de lo que no se debe hacer en materia ambiental.
Más allá del recorrido de El Diario, el abandono se ve en cada paso, por diferentes rincones. Y cuando la basura no se ve, se percibe por los hedores inaguantables que generan los desechos.
casiones la acumulación de residuos es el efecto de la mala convivencia de algunas personas, la realidad es que el Municipio debe velar por la higiene y la salud. Sin ir más lejos, muchos de los montículos de basura son el núcleo ideal para la propagación del dengue, por ejemplo.
Niñas y niños ya no tienen lugares donde jugar con tranquilidad, porque tienen que esquivar los sectores donde abunda la suciedad. No solo en baldíos, también en plazas; el barrio Maximiliano Toro es uno de los lamentables ejemplos.
Y lo que no es agradable a la salud tampoco lo es a la vista. Se expanden los bulevares que se convierten en pequeños basurales.
Hay espacios donde los vecinos aseguran que, desde que la gestión arrancó, no han concretado tareas de limpieza.
El Diario publicó el 18 de enero una nota que advertía la indignación de la gente que vive en las zonas aledañas al barrio 155 Viviendas y a la rotonda Abuelas de Plaza de Mayo. Lejos de un mejoramiento, la falta de empatía profundizó la inacción de las autoridades.
Dicen que ante los hechos que duelen hay que tomar las cosas con humor. Las acciones de Hissa rememoran la frase que reza: “No soporto ver la casa sucia, ahora mismo me levanto y apago la luz”.
Redacción/MGE
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