Con rindes aceptables, ya cosecharon la mitad del girasol en San Luis
A pesar de las adversidades climáticas, el promedio por hectárea supera los 15 quintales.
El girasol es uno de los cultivos menos castigados por el clima en San Luis. La cosecha alcanzó el 54% de las 77.200 hectáreas sembradas, con un rendimiento promedio de 15,7 quintales, el más bajo de las últimas ocho campañas, pero considerado aceptable dadas las condiciones climáticas adversas que soportó en gran parte del ciclo.
Para la cosecha en marcha se perdieron 2.100 hectáreas por sequía y granizo, según la zona, reportó el último informe semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
La superficie sembrada para la actual campaña en la provincia duplicó lo implantado en el ciclo 2022-2023.
Según los datos relevados, hubo baja presencia de oruga medidora (Rachiplusia nu), y enfermedades de fin de ciclo como mildiu (Plasmopara halstedii), roya negra del girasol (Puccinia helianthi), pudrición del capítulo de girasol (Sclerotinia sclerotiorum) en baja incidencia. Además, se evidenciaron ataques moderados de loros.
Hasta el momento, en San Luis llevan acumuladas 63.737 toneladas, mientras que la proyección nacional de producción cae 200 millones de toneladas y se ubica en 3,6 MTn.
Según la misma fuente, el rinde promedio nacional se ubica en 20 quintales por hectárea, con un progreso intersemanal de las labores de 16,4%, cubriendo hasta el jueves pasado el 59,2% del área apta.
Las labores se concentraron fundamentalmente en las regiones del sur del área agrícola durante los días previos a la llegada de las lluvias a este sector. A partir de entonces, se ralentizó la entrada de las máquinas a los lotes y se mantiene una demora interanual de -13,7%. Los rindes obtenidos en Buenos Aires y La Pampa arrojan resultados que van entre 8 y 35 quintales por hectárea según el manejo, condiciones climáticas y adversidades que atravesó el cultivo a lo largo del ciclo, con promedios por debajo de los históricos.
Esto se explica fundamentalmente por el bajo peso de los granos en respuesta al estrés termo-hídrico sufrido durante los meses de enero y febrero mientras el cultivo transitaba etapas de diferenciación, formación y llenado de las estructuras reproductivas.
En la conclusión de la BCBA, la proyección de producción cae a 3,6 millones de toneladas y no se descartan futuros ajustes luego de que se evalúe el nivel de los daños provocados no solo por los recientes temporales de viento y granizo, sino también por el aumento de los registros de Phomopsis y otras enfermedades de fin de ciclo.
Redacción/MGE
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