Publicaron mapas del daño generado por la chicharrita

En febrero, la chicharrita (Dalbulus maidis) ingresó a Argentina y produjo la enfermedad de spiroplasma en los cultivos de maíz. Especialistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), quienes siguen de cerca el avance de la enfermedad, por primera vez se animaron a pronosticar que la cosecha podría ubicarse por debajo de los 50 millones de toneladas, es decir que “la actual campaña ofrecería rendimientos de hasta un 30% menores a los esperados”, indicó el informe. La zona este de San Luis es la más afectada de la provincia.

“Originalmente, los productores anticipaban rendimientos de entre 85 y 90 quintales por hectárea, cifras que se han visto reducidas a unos 60 quintales por hectárea en promedio, con posibilidades de una mayor caída a medida que avanza la temporada”, aseguró el trabajo de la BCR.

Lo interesante es que ese grupo de trabajo graficó la situación en una suerte de atlas del spiroplasma, mostrando una gran disparidad en la intensidad de los ataques. El impacto de la plaga varía considerablemente dentro de cada una de las zonas. Y si bien en algunas áreas han logrado minimizar los daños hasta en un 5%, otras reportan pérdidas totales.

El principal impacto de la plaga se produce sobre la fisiología de la planta y dificulta la llegada de nutrientes y asimilados a las espigas, lo que repercute en el llenado de los granos.

En la zona núcleo, el centro-sur de la provincia de Santa Fe se encuentran afectadas las 560 mil hectáreas sembradas con maíz tardío —lo que representa un daño del 80% aproximadamente— con lotes completamente perdidos. En localidades como Venado Tuerto y Pergamino, las pérdidas, en cambio, se estiman alrededor del 10%, mientras que en Marcos Juárez, ya en Córdoba, alcanzan el 30%. Siempre, claro, referidos al maíz tardío.

La situación crítica fue confirmada en una reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria de la provincia de Santa Fe, realizada el jueves. “Estuvimos validando alguna información y qué zonas han sido las más afectadas en el centro norte y qué zonas han sido menos afectadas, o que prácticamente no hemos tenido episodios, porque son zonas de maíz de primera, que es el sur. Asimismo, se realizó un análisis de las causales, los motivos y las falencias, porque esto implica un plan de acción”, dijo el secretario de Agricultura y Ganadería, Ignacio Mántaras.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), por su lado, también comenzó a emitir sus mapas sobre esta emergencia fitosanitaria. En su estimación de cosecha ubicó su pronóstico de producción por debajo de 50 millones de toneladas.

El equipo de la BCBA calculó una producción de maíz “comercial” de 49,5 millones de toneladas, con un rinde esperado promedio de 71 quintales por hectárea. Recién se lleva cosechado, eso sí, el 15% de los 7,1 millones de hectáreas sembradas, por lo cual este pronóstico podría seguir cayendo.

La BCR afirmó en su informe que por la rápida expansión del insecto vector y lo complicada que se muestra la producción de la actual temporada, crece entre los productores la incertidumbre para las próximas siembras de maíz tardío y de segunda de la campaña 2024/25.

Para el próximo ciclo, “el sorgo granífero surge como una alternativa, pero enfrenta la escasez de semillas disponibles en el mercado”, advierten y a modo de paliativo, el informe de la BCR aseveró que el maíz temprano muestra un avance considerable en su cosecha, aprovechando los días secos recientes. En las últimas dos semanas, se ha cosechado casi el 50%, lo que comprende el 65% del área plantada. Mientras que los rindes varían significativamente según la 
localidad.