Hicieron un abrazo simbólico para defender la clínica STIA

Más de 100 trabajadores de Villa Mercedes realizaron un abrazo simbólico en contra del cierre del internado y de la guardia de la clínica del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA) que quiere llevar adelante la actual conducción del gremio de la provincia. 

A pesar del frío, los manifestantes se reunieron el viernes a la tarde para exigirles a las autoridades que revean la decisión que tomaron de manera unilateral y que busquen otro tipo de alternativas. 

Todos los afiliados consultados coincidieron en que la protesta no tuvo ninguna intencionalidad política. “Hace muchos años que venimos aportando para sostener a esta clínica y no queremos perderla de un momento para el otro. Por eso, decidimos manifestarnos pacíficamente para que recapaciten y que se revea esta situación, porque no sabemos cuál es el motivo final. Les pedimos que se hagan todos los esfuerzos para mantener estos servicios que tenemos desde hace tantos años”, mencionó Adalberto Bustamente, uno de los delegados de Bagley.

Los trabajadores le dijeron a El Diario de la República que por ahora no hay ningún acuerdo firmado de cómo funcionaría el internado y la guardia si es que la medida llegara a ser efectiva. 

Les han dicho que deberían acudir a otros centros médicos, con los que trabajarían de manera tercerizada, aunque esta versión fue comunicada solo de forma verbal. “Nosotros venimos elevando, año tras año, que lo que funciona mal es el policonsultorio, no la parte de internación que quieren sacar. Ellos hablan de pérdidas económicas, cuando sabemos que dentro de un sistema sindical no debería haber ningún lucro y que esto dejaría de ser un beneficio para los afiliados. No estamos acá haciendo política, estamos para defender lo que es nuestro y ya hemos hecho los trabajos legales pertinentes para que el cierre no ocurra o para que la situación sea clara”, expresó Emmanuel Colombo, otro delegado de Bagley. 

En el abrazo simbólico el mensaje fue claro: más de cien trabajadores coincidieron en que la actual gestión del gremio debería priorizar la salud y que no van a permitir que la clínica de la alimentación, como se la conoce popularmente, se quede sin brindar la internación con la que cuentan desde hace unos 30 años. 

"La clínica es de nosotros y siempre se mantuvo, incluso con el país en peores situaciones económicas. Esto nunca se consultó, nos llamaron para informarnos de una decisión que ya estaba tomada, se lo transmitimos a nuestros compañeros y ellos no están de acuerdo", dijo Carlos Genta, trabajador y delegado de Arcor. 

Natalia Rossi, delegada de Bagley, sostuvo que fue necesario actuar por el descontento que generó la medida. "Los afiliados debemos estar en alerta, porque es un patrimonio para el que hemos aportado todos. Hemos tomado todos los recaudos para que esto no se torne una discusión política", dijo.