No hubo ataque de Galdeano ni emoción violenta de Solalinde
El tribunal sostuvo que el exgremialista sabía lo que hacía cuando baleó a la mujer y modificó la escena del crimen.
El lunes, los jueces que, hace más de dos semanas, sentenciaron a prisión perpetua a Juan Carlos Solalinde publicaron los fundamentos de su fallo. No dejaron lugar a dudas sobre las conclusiones a las que arribaron. Explicaron que, de acuerdo a todas las pruebas y gran parte de los testimonios que escucharon en el juicio, el exgremialista es un femicida, porque mató deliberadamente de cinco balazos a Johana Galdeano, su expareja y madre de su hijo más chico, a quien sometió durante años a violencia de género en casi todos los sentidos posibles. De esa manera quedaron descartadas de plano, según el tribunal, las dos hipótesis que los abogados del hombre intentaron instalar. Por un lado, que el exsindicalista experimentó una "emoción violenta" que lo llevó a perder el control al momento de asesinar a la mujer y, por el otro, que trató de defenderse de la joven, quien llegó armada a su casa y lo atacó con un cuchillo.
En su resolución de 277 páginas, los jueces Daniela Estrada, Mauro D'Agata Henríquez y Sebastián Cadelago Filippi recordaron que, durante los alegatos de clausura, los defensores Marcos Juárez y Ramiro Rubio expusieron que "la circunstancia que provocó el estado de emoción violenta de Solalinde fue cuando Galdeano se presenta de manera intempestiva en su domicilio, munida de un cuchillo, se autolesiona e intenta cumplir el mal inminente que venía anunciando, la amenaza de 'te mato o vas preso'".
En ese punto, los magistrados indicaron que resulta improbable que la mujer haya ido hasta lo del exsindicalista armada con un cuchillo exactamente igual a los que tenía el acusado. Y si así hubiera sido, ese cuadro, el de Galdeano empuñando un arma blanca, no hubiera resultado suficiente para generar en el hombre un estado de emoción violenta porque esos episodios de "discusiones, agresión y enfrentamientos entre ellos" no eran una rareza, en el seno de una relación "tóxica" como la que mantenían.
Argumentaron que el hombre conocía perfectamente el temperamento de su expareja y sus reacciones, a tal punto que solía filmar algunas discusiones.
El 26 de mayo de 2021, cuando la joven llegó a su domicilio de calle Sarmiento, Solalinde estaba al tanto de eso porque fue él quien se comunicó con ella antes por teléfono. Sabía que la mujer se dirigía hacia allá y por eso dejó abierto el portón de su galpón y, antes de asesinarla, le reclamó: “¿Por qué decís que venís si no venís?”.
Al llamarla para que se allegara a su vivienda, además, incumplía la restricción de acercamiento que regía desde que denunció a Galdeano por violencia familiar.
"La había denunciado por sus amenazas y reacciones, pero ese día no evitó el encuentro, al contrario, la esperó con un arma de fuego Magnum calibre 357. Claramente, fue su decisión", explicaron y recordaron que, un rato antes, a través de mensajes, el exgremialista le había dicho a la mujer: "No me c... más la vida. Hoy estoy dispuesto a todo".
Respecto a la teoría de la defensa sobre que Solalinde le disparó a su expareja porque ella lo atacó primero, el tribunal señaló que resulta poco probable que Galdeano "haya salido desde su casa con un cuchillo, cruzando la ciudad para luego agredir al acusado", y resulta menos probable que "el cuchillo sea de los mismos que tenía el imputado en su casa y no la víctima".
Manifestaron que también resultaría llamativo que la mujer portara en sus manos, además del arma blanca, las llaves de su auto y su celular. "El hecho de conservar dichos elementos en mano, luego de recibir un primer impacto en una muñeca y otros cuatro en el resto del cuerpo, hace lucir insostenible la teoría presentada por la defensa", fundamentaron.
Destacaron que la escena del crimen fue manipulada y simulada, puesto que el cuerpo fue movido hacia el interior del galpón y colocaron un cuchillo en la mano derecha de la mujer.
Los jueces indicaron que un par de horas antes del femicidio, Solalinde había ido hasta lo de la víctima y le reprochó haber tenido relaciones sexuales con un exnovio. Luego, siguió a ese hombre hasta la parada de un semáforo, le tomó fotos y le dijo que él era el padre del hijo de Johana. Seguidamente, discutió con la mujer por mensajes y le pidió que fuera a su domicilio, donde la mató a tiros. "No puede sostenerse de modo alguno que Galdeano haya ejercido agresión ilegítima en los términos de la ley", concluyeron.


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