Reparten hamburguesas gratis por el centro de San Luis
Dos jóvenes empresarios implementaron una medida impactante para la ciudad y salieron a repartir sus productos. Lo que al principio fue una movida para captar clientes se convirtió en una medida solidaria.
Empezó como una estrategia de marketing para posicionar una hamburguesa artesanal y casera y con los días se convirtió en una movida solidaria para ayudar a las personas en situación de calle. “Tilingo”, una hamburguesería ubicada en Bolívar antes de llegar a Rivadavia, tiene la costumbre de repartir, cada tanto, sus exquisitos productos gratis por las calles del centro de San Luis.
Esa idea permitió que la sorpresa, el agradecimiento y a veces la desconfianza se apoderaran de peatones nocturnos de la ciudad que recibieron con esos sentimientos el sándwich de medallón de carne picada, chedar, mayonesa y algún ingrediente más. “Se nos ocurrió esa forma de dar a conocer nuestra hamburguesa y nos pareció gracioso salir a repartirla entre la gente”, dijo Francisco, uno de los responsables del emprendimiento.
El joven contó que en las primeras salidas, “como no nos conocía nadie”, la sorpresa era muy grande por parte de los elegidos, pero con el tiempo la propuesta recibió otra respuesta a tal punto que ahora, cuando salen, se hacen aglutinaciones de comensales dispuestos a recibir el regalo.
“La primera vez salimos con 25 hamburguesas por la calle Rivadavia y se acabaron enseguida”, contó el joven que para las posteriores incursiones sumó producción: invitaron a la Chochi, la influencer puntana, y hasta se subieron a un colectivo para darle la cena a los pasajeros y al chofer.
Por frente al negocio pasan casi todas las líneas de Transpuntano, lo que hacía que Federico viera las caras largas de los viajantes cuando volvían a sus casas. “Ahí se me ocurrió subirme y darles la cena, aunque sea una noche. Al primero que tuve que darle fue al colectivero, para que me dejara pasar”, bromeó el gastronómico. Todo lo que hacen los chicos en las calles queda registrado en videos que luego suben a las redes sociales.
A las pocas salidas, Federico y su socio, Ladislao, observaron que la realidad era más dura de la que creían y cambiaron los transeúntes ocasionales por la gente en situación de calle para que saboreen sus hamburguesas. En ese caso, la estrategia para obtener clientes le dio paso a la empatía.
“Para esa ocasión, llamamos a un amigo, Renzo, que tiene otro emprendimiento en el que hace panes, y también salió a repartirlos gratis”, contó Federico, quien conoció a Ladislao cuando compartían el aula en una escuela secundaria de Merlo.
El germen de “Tilingo”, que hace cuatro meses está en funcionamiento y debe su nombre a la manera en que se llamaban entre sí Federico y Ladislao, fue la venta de celulares y accesorios a la que de los dos jóvenes se dedicaron hasta que decidieron inclinarse por la gastronomía.
La intención de hacer una comida popular, requerida, casera, los empujó a las hamburguesas. Establecieron un local que vende cada una a un promedio de diez mil pesos y que tiene a dos empleados en la cocina y tres como delivery propio, más allá de que se puede pedir por las aplicaciones de comida.
“Salimos a repartir cada vez que podemos y cuando nos dan los costos para hacerlo. Es un gasto grande”, remarcó Federico, quien dijo que para los próximos pasos tiene pensadas otras maneras de generar clientes, tan sorpresivas e impactantes como la primera.
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