Gravedad institucional: el Gobierno busca apurar a la Justicia
Los apoderados del Frente Justicialista respondieron a la presentación de Ahora San Luis y señalaron que la única violencia institucional es el intento de proscripción.
En un nuevo capítulo de la disputa electoral rumbo a los comicios del 11 de mayo, el Frente Justicialista acusó al Gobierno provincial de promover “la única gravedad institucional existente: el intento de proscribir a Alberto Rodríguez Saá”. La presentación fue realizada por los apoderados de la alianza justicialista en respuesta a una solicitud de Ahora San Luis que exigía urgencia en las definiciones judiciales por la impresión de boletas.
El texto ingresado al Tribunal Electoral lleva las firmas de Ángela Gutiérrez de Gatto, Gastón Témoli e Iván Cali Velasco. En él, apuntan directamente al oficialismo provincial y denuncian que el apuro por resolver la cuestión de las boletas responde a “una presión externa” ejercida por la propia empresa contratada por el Gobierno para imprimirlas, en Buenos Aires, mediante un contrato millonario que también es objeto de críticas.
“Ellos han demorado el proceso con este barullo y metiéndose en nuestro expediente. No es la jueza quien demoró el proceso”, aclararon los apoderados del Frente Justicialista, quienes además remarcaron que la única intención detrás de las objeciones y trabas es impedir que Alberto Rodríguez Saá sea candidato.
“No estaríamos discutiendo esto si no fuera por las maniobras del Gobierno Provincial”, indicaron. También denunciaron que “sabemos que han hablado con los jueces”, insinuando presiones indebidas desde el oficialismo.
En la presentación, el Frente Justicialista también dejó en claro que su espacio representa un sector diferenciado dentro del peronismo provincial, que incluye al kirchnerismo, el adolfismo y el poncismo: “Nuestro sector es liderado por Alberto Rodríguez Saá y por eso necesitamos llevar su imagen, para que quede claramente identificado quiénes somos”.
La disputa judicial, que se encuentra en una instancia decisiva a tan solo semanas de la elección, promete seguir sumando tensión a una campaña donde el eje ya no parece ser solo político, sino también institucional.


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