Comida "fría" en pleno invierno: el PANE no deja de sumar cuestionamientos
Porciones de pizzas o empanadas sin calentar, son algunas de las preparaciones que les entregan a los estudiantes. Madres y padres están cansados de la indiferencia de las autoridades.
La comida, una de las cosas más sagradas que puede tener el ser humano, para muchos parece ser un mero trámite a cumplir. O al menos así lo dejan entrever con la invariabilidad del menú del Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE), donde parece que lejos de la asistencia consciente y concreta a los que más lo necesitan, es apenas un "slogan" de gobierno. Sucede que en pleno invierno, donde las jornadas ya han mostrado temperaturas bajo cero, los platos se sirven "fríos", lo que convierte en una dolorosa realidad a la metáfora de la "frialdad" del PANE.
"Es una vergüenza. Ahora se cuidan en entregar alimentos bien cocidos, pero descuidan otras cosas que también son importantes. A los chicos no les da ganas de comer así. Hace unos días, a mi hijo le dieron una empanada de zapallo fría. No la comió. Y mi hijo, gracias a Dios, puede comer en casa. Pero ¿Qué pasa con aquellos que el único plato que tienen es lo que les da el PANE? No tienen corazón", lamentó una mamá de la ciudad en diálogo con El Diario de la República.
En otros casos -repetidos- han entregado porciones de pizzas frías. Teniendo otras alternativas, optan por lo más deplorable. Quizá, una buena taza de matecocido con facturas o tortitas, sería más redituable para los chicos que una vianda fría. "Yo hace tiempo que ya no le dejo comer la comida en la escuela a mi hijo y sé de otros padres que han optado por lo mismo. En los grupos de WhatsApp la discusión es la misma. Si lo describo con mis palabras, da la sensación de que quienes hacen la comida lo hacen por obligación, sin ganas. Es una pena", apuntó un papá que tiene hijos en una escuela de la zona norte de la capital.
Por lo pronto, la rabia de los tutores se acumula pero no surte ningún efecto en las autoridades, que lejos de escuchar y aprender de lo que señala la gente, se encaprichan en una visión "soberbia" donde siempre tienen la razón.
"En mi caso, tengo a mi hija en tercer grado y en los últimos días le han dado tarta de acelga con queso y pollo con arroz. Yo le pregunto si se lo dan calentito y me dice que no, que muchos compañeritos no comen. Es una pena. Y un niño no miente, los chicos son auténticos y dicen la verdad. Yo invitaría a las autoridades, a los responsables, a que se alimenten un mes con esta comida, vamos a ver qué opinan entonces", compartió otra mamá.


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