Es beneficiaria del Plan, sufre varias patologías y el Gobierno le suspendió sus ingresos
Mariana Cartazzo, de 57 años, padece epoc, afronta una neumonía bilateral y sufre las consecuencias de tres ACV. Pese a las claras razones que le impiden trabajar, le quitaron el beneficio hasta que "presente todos los papeles". La mujer asegura que ha presentado toda la documentación, pero está presa de un círculo interminable de burocracia.
Mariana Cartazzo, de 57 años, es una vecina de San Luis que hace más de 20 años que se desempeña en el Plan de Inclusión. Pero una serie de dificultades en su salud le impiden trabajar en la actualidad. Aseguró que pese a que había presentado la documentación correspondiente en diferentes instancias, desde el Gobierno le quitaron el beneficio hasta que "presente todos los papeles". La mujer está desesperada, sobreviviendo como puede con la ayuda de amigos y conocidos que la asisten con mercadería. Pide que le den una solución.
"Sufrí 3 ACV isquémicos, tengo ataques de pánico, problemas cervicales. Sufro epoc y ahora estoy en tratamiento por una neumonía bilateral, producto del epoc. Cuando asumió este Gobierno e hicieron el censo del Plan, presenté toda la documentación. Me registraron, me reempadronaron y me indicaron que pertenecía a la parte de paciente crónico, que no me hiciera ningún problema", contó en diálogo con El Diario de la República.
Sin embargo, hace unos meses empezó un calvario. La llamaron y le indicaron que el papeleo no estaba registrado en ninguna área. Inmediatamente volvió a presentar los certificados y le informaron que estaba todo en condiciones, que ya estaba empadronada. Pero luego el drama siguió y directamente no cobró sus ingresos.
"Me dijeron que estaba suspendida porque no me presenté a trabajar. Les dije que cómo iba a presentarme si soy paciente crónica, que presenté todo. Pero me dijeron que me habían sacado de la condición de paciente crónica y que me tendría que haber presentado a trabajar en el merendero 5, cosa que no existe porque sacaron los merenderos. La solución, volver a presentar todo", puntualizó.
Un drama interminable
Desde las oficinas gubernamentales le explicaron que todo había ocurrido por una nueva disposición ejecutada desde "arriba". Pero nunca fue notificada. Según relató, luego de algunas discusiones, se acercó el director de Inclusión Social, Juan Pablo Torres, quien "con una sonrisa" le dijo que "esto no es político". Al mismo tiempo, le remarcó que tenían que tener un legajo para presentar "arriba".
"Un ACV no es algo que se va de un día para el otro, quedan secuelas y estoy con tratamiento, con una serie de medicamentos. Le mostré los remedios y me dijo que tenía que hacer todo de nuevo. Le contesté que cómo que tenía que hacer todo de nuevo, le pregunté si me estaba cargando. Y me respondió que no me estaba cargando. Estas no son patologías reversibles, él no entiende nada de medicina, se lo está diciendo el médico. Por más que ponga 25 médicos, le van a decir lo mismo. Pero finalmente me dijo: 'el que decide, soy yo, si quiere continuar tiene que hacer lo que le diga'", subrayó.
La mujer presentó nuevamente la documentación. Se le hizo imposible materializar algunos estudios médicos con celeridad porque como es sabido, todo depende de un sistema de turnos, no se puede hacer de un día para el otro. "La doctora me dijo que es ridículo que me pidan los estudios cuando tengo patologías irreversibles", lamentó.
Por lo que refiere específicamente a su neumonía, fue a tres establecimientos públicos -entre centros de atención primaria y un hospital de día- y luego de una serie de complicaciones por la falta de aparatología en algunos de los lugares donde se atendió, finalmente le hicieron una placa en el Hospital Cerro de la Cruz, donde constataron la afección.
"Me mandaron a hacer reposo, con más medicamentos. Hoy vuelvo a llamar para ver cómo está mi situación y me dijeron que 'el jefe va a leer los papeles cuando tenga tiempo'. Mientras tanto hace 2 meses que no cobro, no tengo un peso. Mis compañeros me ayudan con un bolsón de mercadería, tengo que pagar la luz, el gas, me ayudan como pueden dentro de lo poco que pueden. Tengo que volver otra vez al hospital para una nueva placa y luego tengo que hacerme una tomografía", concluyó.
Cartazzo espera que haya celeridad para que se resuelva su caso, cansada de las impericias y las persecuciones.


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