Cinco imputados por secuestrar, robar y torturar a un hombre en pleno centro de San Luis

La Justicia imputó este viernes a cuatro hombres y una mujer trans por uno de los hechos policiales más impactantes del año: el secuestro, robo y tentativa de abuso sexual a un hombre en la ciudad de San Luis. La fiscal Antonella Romagnoli los acusó de delitos que podrían costarles hasta 25 años de prisión.

Los imputados son Zaira Guzmán, Gabriel Héctor Cuello, Matías Manríquez Cieslak, Gustavo Fernando Sombra y Jorge Salama. Todos fueron trasladados encapuchados al Poder Judicial para la audiencia de formulación de cargos, presidida por la jueza Agustina Dopazo Samper. Permanecerán detenidos en una comisaría al menos ocho días más, ya que sus abogados designados pidieron una prórroga para definir su estrategia. En la defensa estuvieron Rodolfo Mercau (por Salama), Jorge Sosa (por Manríquez Cieslak) y el defensor oficial penal 1, Guillermo Zalazar (por Guzmán, Cuello y Sombra).

Según la fiscalía, el episodio comenzó el martes 8 de julio a las 11:15. La víctima, que estaba en su casa del centro puntano junto a su pareja y los hijos de ella, recibió la inesperada visita de Guzmán, Cuello, Salama y otra mujer. Cuello y Salama estaban armados. Guzmán lo increpó por unas garrafas, un equipo de música y dinero. La amenaza fue directa: “Hablá que se te viene la noche”.

Lo obligaron a subir a una camioneta Jeep Grand Cherokee. En el asiento trasero, mientras Guzmán y Cuello lo golpeaban, el grupo lo llevó a una casa en Ejército de los Andes al 400, propiedad de Sombra, donde ya lo esperaba Manríquez.

Allí la violencia se desató con más brutalidad. Le robaron dos cadenas, el DNI, tres celulares, 25 mil pesos y un morral. Lo encerraron en una habitación, lo desnudaron y lo amenazaron a los gritos. Dispararon al suelo para asustarlo. En el baño, lo amenazaron con ser abusado sexualmente.

Fue una niña, que al parecer también estaba en la casa, quien le avisó que no había nadie. Entonces el hombre saltó el portón, corrió desnudo y golpeado hasta un local de venta de aberturas sobre el Corredor Vial Eva Perón, donde fue socorrido. Estaba en shock.

Gracias a su testimonio y las cámaras de seguridad, la Policía identificó y detuvo a los cinco acusados al día siguiente. Secuestraron ropa y objetos de la víctima, pistolas de aire comprimido, dinero en efectivo, celulares, y la camioneta utilizada para el traslado.

Durante la audiencia, la fiscal remarcó que dos de los acusados ya estaban imputados en otras causas: Cuello por abuso de arma y portación ilegal, y Manríquez por encubrimiento y tenencia de armas.

Uno solo quiso hablar: Jorge Salama. Dijo que no estaba armado, que solo manejó la camioneta, que la víctima subió sola y que Guzmán fue quien robó por su cuenta. Aseguró que se quedó afuera de la casa y que no participó de las agresiones.

Pero para la fiscalía, todos son responsables. La violencia, la premeditación y el número de participantes convierten el caso en uno de los más aberrantes del último tiempo en San Luis.

Jorge Sosa, abogado defensor de uno de los cinco imputados por el secuestro, robo y tentativa de abuso sexual ocurrido en una vivienda de Ejército de los Andes al 400, en la ciudad de San Luis, cuestionó la cobertura mediática de los hechos y negó que existan elementos periciales que confirmen uno de los episodios más graves que trascendieron públicamente.

"Lo que se dijo en algunos portales no coincide con lo que consta en la pericia forense. No hay lesiones compatibles con un abuso sexual ni rastros de ningún tipo. Eso lo afirmó la médica forense designada por la Justicia", explicó Sosa en diálogo con este medio.

El letrado reconoció que la acusación presentada por la fiscal Antonella Romagnoli incluyó el delito de tentativa de abuso sexual agravado, pero aclaró que se trata de una hipótesis basada en el testimonio de la víctima. "La fiscal reproduce lo que declara el denunciante, pero eso no implica que los hechos hayan ocurrido como él los describe. Para eso está la investigación en curso", sostuvo.

Sosa pidió especial cuidado al momento de abordar delitos sensibles: “Hay que informar, pero también preservar a las partes. En casos de abuso, la privacidad es central. Me preocupa que se difundan detalles que ni siquiera están acreditados, como si fueran verdades absolutas”.

En cuanto al contexto del conflicto, el defensor aseguró que el episodio "tiene relación con deudas y problemas previos entre las partes" y negó que su defendido haya participado de los eventos. "Él no condujo la camioneta. Prestó la camioneta", afirmó.