Roberto Alifano: babeles de un Borges acústico
El secretario privado del gran escritor argentino -que también es un gran escritor argentino- pasó por San Luis y dejó un anecdotario cercano, como si una feria de garage se instalara en un ámbito académico.
La visita del quien fuera el secretario privado de Jorge Luis Borges, el escritor, Roberto Alifano, pasó por San Luis y dejó sus “cuentos borgeanos”, no escritos, pero colmados de su experiencia cotidiana. Eso, sin dejar de lado las aristas irónicas de personajes reales de la política de hoy tan similares a aquel hombre gris de “Las ruinas circulares”.
El registro personal de Alifano acercó a un concierto acústico, sin la parafernalia de la maquinaria académica. Permitió que el público que asistió se encontrara con el placer de un relato que en la música se lo llama “acústico”. Así fue, como tal, cercano, colindante a una feria de garaje en el corazón de la institución académica más importante de la provincia: la Universidad Nacional de San Luis.
Alifano obtuvo el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía en 1997, el Premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile, donde también recibió el Premio Pablo Neruda por su trayectoria poética.
Además fue candidato a los premios Cervantes y Juan Rulfo, pero su mayor mérito fue ser el secretario privado de Jorge Luis Borges durante los últimos años de su vida. Con el autor de “EL Aleph” publicó varios de sus libros, entre ellos la traducción de las fábulas de Stevenson y los poemas de Lewis Carroll y Herman Hesse.
Jorge Luis Borges en voz propia dijo: «Mi amistad con Alifano es uno de los mejores hábitos de mi vida. Pero hay un Alifano poeta, un Alifano escritor. En estos tiempos en que los incoherentes esnobismos manchan la literatura de verborragia incontenible y pretenciosa, Alifano tiene el valor de proponer una lírica pura, donde la forma y el misterio son lo más original», palabras casi de aplicación actual.
El conversatorio de San Luis estuvo conducido de manera clara e inteligente (no académica o docta) por Oscar Flores y el acompañamiento de Víctor Cuello. En esta foto escrita también hubo dos momentos dignos de mención.
Una buena y mencionada fugazmente que fue sobre el aporte y la gestión de Federico Remedi, comunicador de San Luis.
Otra que tiene su semáforo amarillo, hace tiempo, y es la desidia de docentes y alumnos del profesorado de la Carrera de Letras que se dicta en la Facultad de Ciencias Humanas, que no estuvieron en la medida esperada.
Quizá para hacer viva la ficción borgeana ya citada de “Las ruinas circulares” y sumar el magnífico cuento llamado “El inmortal” que presenta a un personaje inmortal que se encuentra con la imposibilidad de comprender la realidad debido a su larga existencia y se enfrenta a la ausencia de sentido y la dificultad de conectar con los demás. La inmortalidad, en este caso, se convierte en una forma de ausencia y pérdida de significado.
Esta última observación se vuelve insignificante contrastada con más de dos horas, de escucha, a puro placer y brindis de las palabras de Roberto Alifano.


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