Crece el escándalo por las horas excedentes en salud: ahora advierten el drama en Nogolí
Denuncian que hay jefes que cobran por horas extras que no trabajan, generando importantes diferencias en sus haberes, mientras el resto del personal está hundido con salarios licuados y persecuciones.
El escándalo por las horas excedentes en el área de salud, no para de crecer. En los últimos días, ya se había advertido la situación en Quines, donde según fuentes de la localidad, distintos jefes cobraban una suerte de "plus", que les generaba diferencias de $800 mil en sus haberes; todo bajo un escenario de "amiguismos" y "devolución de favores políticos". Luego del drama, la directora del nosocomio, Gladys Morán, renunció a sus funciones. Ahora el conflicto lo apuntan en Nogolí, donde la comunidad está indignada por las impericias.
Según manifestaron distintas fuentes -que por temor a represalias optaron por mantener sus identidades en reserva- hay referentes que están a cargo de una sala llamada "el Barrial", donde pasan en los registros que cumplen horas hasta las 19, cuando en realidad el establecimiento cierra a las 13.
"La señora Estrella Ojeda, jefa de enfermeros de lo que era Medicina del Interior, que ahora es llamada zona sanitaria, sabe todo, pero elige tapar todo. Víctor Gatera, encargado de todo, lo único que sabe hacer es recibir órdenes del intendente de Nogolí, Ramón Funes. Se oculta todo y la gente está cansada. El personal que trabaja de verdad, que entrega su vida, su vocación, ya no da más", repudió una de las fuentes.
No es la primera vez que hay señalamientos en la localidad. En enero, por ejemplo, hubo múltiples advertencias por el estado de abandono del centro de salud. Luego, en junio, alertaron por la persecución a una enfermera "por cuestiones políticas". Ahora el conflicto va con las horas excedentes.
"Esto pasa en todos lados, pero en Nogolí al hospital lo maneja el intendente. Cinco profesionales en lo que va del año se han tenido que ir por presentar las quejas que correspondían. Todo fue sin previo aviso; los trasladaron lejos. Y qué casualidad que sea con los que no se quedaron más callados", lamentó otra fuente.
Según explicaron, los jefes llegan a registrar aproximadamente 96 horas extras por mes, que es el tope.
Más allá de la creciente indignación y los señalamientos, el escenario parece estancarse en una suerte de red de silencio. Mientras el personal trabaja día a día con sus sueldos devaluados, también es perjudicado con persecución: quien se queja, "padece". La gran pregunta que queda es si, ante las acusaciones, las autoridades tomarán cartas en el asunto. Habrá que ver cómo evoluciona la cuestión.


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