La renuncia de la ministro de Turismo y Cultura Celeste Sosa causó sorpresa en algunos. En otros no. Cuando se informó que la causa de la dimisión era por "estrictas razones personales" algunos dudaron y ataron el alejamiento al escándalo y cataratas de críticas que desató el espectáculo de strippers en el encuentro de motoqueros en Potrero de los Funes que auspició el gobierno provincial.
Sin embargo, esa interpretación quedó en dudas porque la responsabilidad del "auspicio" no sólo recaía en Turismo, sino que también en el Ministerio de Deportes, que está a cargo de los boxes de Potrero.
En cambio varios empleados del ministerio se aferran a la escueta explicación que dio a conocer el Gobierno porque, según dicen, la notaban rara en los últimos tiempos, sin ánimo de atender a la gente ni las necesidades de la cartera. Es más, señalan que en la última semana de su gestión estuvo muy pocos días.
Por eso, quienes frecuentaban las oficinas de Turismo creen que su alejamiento estaría vinculado a cuestiones netamente sentimentales. Así abonan la teoría de que su salida fue por razones personales.
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