El desafío de criar en los duros y extensos campos del sur

Instalado desde hace 13 años en los indómitos campos de Navia -al norte de Unión y sobre el río Salado-, Roberto Quadrelli, un productor de 58 años oriundo de Río Cuarto, destina 20 mil hectáreas a la ganadería extensiva con un rodeo Brangus de 1.500 cabezas. “Estamos conociendo esta zona y tratando de domesticarla”, contó a Revista El Campo durante la Expoganadera del Sur, celebrada el fin de semana pasado.
Durante 7 años, Roberto trabajó en un emprendimiento en la localidad de Tilisarao, pero lo conquistó la tradición de los ganaderos y decidió virar al sur. “Compramos un campo que era el 'patito feo' de una empresa muy grande de Buenos Aires, así que para nosotros fue un gran desafío arrancar. Nuestro objetivo era lograr la cría: así que invertimos en aguadas, perforaciones, alambres, pasturas, y duplicamos la cantidad de gente trabajando. Ahora vamos por más, queremos crecer y dar más trabajo”, contó entusiasmado.

En un futuro cercano esperan poder realizar la recría en San Luis, ya que por el momento la llevan a un campo en Córdoba. “Trabajamos con mucho entusiasmo, siempre con la colaboración de los lugareños que nos acompañaron desde el principio. Cada año sumamos en genética, sanidad, calidad de vida y todos los aspectos que nos llevan a estar más cerca de convertirnos en un país desarrollado, como todos queremos”, expresó.
Practica la ganadería extensiva, con una superficie en promedio de 15 hectáreas por vaca, y con distancias entre puestos que a veces llegan a 10 kilómetros. Allí trabajan un encargado, su esposa, que es cocinera, y otros cinco ayudantes. La principal raza que manejan es la Brangus. “De a poco fuimos llevando el rodeo hacia una composición mas británica, pero siempre con ese porcentaje de sangre índica, que permite que se adapte bien a los pastos duros. Gracias a eso tenemos buenos índices de preñez y de destete. También hacemos algunas cruzas en las vacas de últimos terneros, con Charolais y Braford, para tratar de lograr un ternero comercial, es decir, que vaya directamente a faena”, contó Roberto, quien también es médico veterinario.
El grueso de los terneros se termina en Córdoba, pero también realizan el engorde de una mínima porción en un campo alquilado en Nueva Galia. “Tenemos además un emprendimiento de cría de hembras con un señor de Batavia. Queremos que no se vayan de la provincia, que no pierdan esa adaptación a la roseta, al frío, a los pastos locales, y luego llevarlas un poco más al oeste, de Batavia a Navia, ya preñadas”, detalló.
Aunque el campo ya tenía unos llorones, tuvieron que parcelar unos sectores y renovar las pasturas. “Acá recibimos un fuerte apoyo del INTA que nos hizo un relevamiento del campo y nos ayudó a desarrollar las partes más postergadas, cerca de Mendoza, con más agua y más pasto. Igual dentro de un mismo campo tenés distintas realidades: en algunas zonas uno puede tener una carga de 5 hectáreas por vaca, en otras áreas marginales, unas 25 hectáreas por animal”.
Y agregó: "Estamos en un proceso, no lo hemos terminado, pero ya se nota la mejoría, la evolución”.

El trabajo del Senasa en el sur
Senasa tiene cuatro oficinas habilitadas en el departamento Dupuy: la de Unión; la que abarca Fortuna y Nueva Galia; la que comprende Buena Esperanza, Batavia y Fortín El Patria, y la de Arizona y Anchorena, desde las cuales impulsan los planes provinciales de lucha contra la fiebre aftosa. Referentes de cada oficina participaron en la primera Expoganadera del Sur puntano.
"Dupuy es uno de los más importantes de la provincia en cuanto a producción bovina, ya que reúne un 30 por ciento del stock total, y a su vez es el que concentra la mayor cantidad de animales de cría", explicó Victor Brignoli, director de Senasa San Luis.
El titular del organismo contó que dentro de la campaña provincial de vacunación contra la fiebre aftosa, que arrancó el 5 de marzo, ya llevan vacunados más de un 50% de animales, aunque ahora se atrasaron un poco por las lluvias, que complicaron el acceso en caminos rústicos de Ayacucho y Belgrano. "En Dupuy, Pedernera, y Capital, sin embargo, ya estamos terminando la primera parte de la campaña", señaló.
Brignoli recordó que la ley establece que el bovino menor (novillos, vaquillonas, terneros y terneras) deben vacunarse dos veces por año -una vez ahora y la otra en octubre-, y el bovino mayor (vaca, toro), una vez por año.
Al costo de la vacunación lo determina un ente, creado por normativa del Senasa: se trata de un grupo de productores que cuenta con una comisión directiva, y son quienes plantean el precio en términos de costos operativos y administrativos. "Estos costos varían en función de la cantidad de hacienda, la facilidad o dificultad de llegar al campo, entre otros aspectos, pero como se trata de un trámite obligatorio tenemos que llegar tanto al que tiene cinco vacas, como al que tiene 20 mil", expresó el titular.
La pertenencia del productor a uno de estos entes queda determinada por su ubicación geográfica."Lo fundamental -expresó Brignoli- es que todos los productores participen en las asambleas que realizan los entes de vacunación para que no queden dudas sobre cómo llegan a los precios finales del servicio", dijo Brignoli, y agregó que Senasa también apoya los planes provinciales como el de enfermedades venéreas y el plan sanitario de cerdos, que incluye brucelosis y Aujeszky.

En Navia, Quadrelli practica la ganadería extensiva y destina un promedio de 15 hectáreas por vaca, con puestos cada 10 kilómetros.