Una abanderada que motivó admiración y un gesto solidario

Su ejemplo toma más fuerza a esta altura del año cuando ya todo el mundo está cansado y le cuesta cumplir con sus obligaciones. Ella sigue radiante, con una sonrisa espléndida y una mirada mágica que traspasa sus anteojos y encandila a quienes tenga en frente. Bianca Pereyra, tiene once años y acaba de recibir la Bandera Nacional en la escuela a la que asiste desde jardín. En el acto de fin de año, además del emblema que la distingue como la mejor alumna, también recibió una nueva silla de ruedas que surgió de la iniciativa de la directora que en pocos días consiguió el apoyo para concretar ese obsequio.

“La verdad que nos esperábamos lo de la Bandera porque ella fue siempre el mejor promedio, pero lo de la silla fue toda una novedad. Fue un momento donde no pudimos contener las lágrimas, un gesto muy bueno que agradezco profundamente”, explicó Carina, la mamá de Bianca. La mujer, que además es madre de Francisco de 9 años, trabaja para el Plan de Inclusión Social, y a pesar de situaciones que algunos pueden tomar como obstáculos nada la detiene en la vida y eso le inculcó a sus hijos.

 Un virus en el embarazo generó el Síndrome de Bridas Amnióticas y provocó que Bianca naciera sin tibia y peroné en ambas piernas y con los dedos de las manos más pequeños. Desde que era una bebé de apenas 5 meses comenzaron los viajes rumbo al hospital Garrahan de Buenos Aires; a los seis años tuvieron que amputarle la pierna derecha , unos centímetros por debajo de la rodilla; y el pasado 22 de enero hicieron lo mismo con su pie izquierdo en el hospital de Villa Mercedes.

“Siempre me gustó estudiar, me encanta la escuela y sobre todo Matemática y Ciencias Naturales. También este año empecé a estudiar inglés, porque me gusta mucho”, cuenta con total naturalidad la niña abanderada que cada tarde que regresa del colegio toma la merienda y cumple con sus tareas.

Ella y su mamá coinciden en que siempre fue fundamental el apoyo de toda la comunidad educativa de la Escuela Nº 12, “Tomasa Garraza de Quiroga”, directivos, docentes y compañeros de todos estos años. Por su parte, desde la institución, advierten que es la niña quien los motiva a diario a los demás, incluso este año bailó el Pericón en un acto junto a su amigo y compañero incondicional Ángel.

“Siempre fue una gran alumna, le gusta mucho participar en todas las actividades que puede y tiene una gran caligrafía. Cuando me trajeron los nombres para el recambio de la Bandera y el acto de fin de año, pensé inmediatamente en cómo podíamos ayudarla y quise cambiar esa sillita que tenía que ya estaba un poco dañada”, contó Carime Mansur Ontiveros, la directora del establecimiento educativo.

Cuando surgió esa idea faltaban apenas cuatro días para el acto, y por miedo a que no pudiera concretarse la sorpresa la directora no lo compartió con nadie en la escuela. “Hablé con mi familia, empecé a averiguar cuánto salía una silla de ruedas, a conseguir contactos y golpear puertas. Todo fue muy rápido, hasta que llegué a la secretaria del intendente Merlo y finalmente el Municipio pudo cubrir el gasto”, dijo Ontiveros.

Esa iniciativa original, el moverse y encontrar una respuesta rápida le permitieron a la flamante abanderada dejar la silla que utilizaba hace cinco años con evidente desgaste y en mal estado y por la que su madre pagaba cien pesos mensuales de alquiler.

“Me gusta ir a la escuela, pero también me encanta disfrutar de las vacaciones y la pileta que tengo atrás de casa. Ya le pedí a Papá Noel que me traiga una bikini para usarla en este verano”, dijo sonriente, como siempre, Bianca.

Confiesa que le gusta la música de “Rombai” y “Marama”, las películas de Disney y la serie “Detectives Médicos”, porque además de que en el futuro quiere ser profesora de inglés también planea convertirse en médica forense.  Sueños de una pequeña que por ahora es, ni más ni menos, que un ejemplo para todos sobre cómo luchar y nunca bajar los brazos.