Robaron seis lechones y los detuvieron cuando asaban uno

Cuando los policías de la Comisaría 11ª les cayeron en la casa, los dos sospechosos de entrar en una quinta de las afueras de Villa Mercedes y robarse, entre otras cosas, seis lechones listos para asar ya le hacían uso a una parte del botín. Sobre una parrilla habían dispuesto un lechón, bien sazonado con una capa de chimichurri. Tan pendientes estaban de cómo marchaba esa cocción que ni tiempo para escapar les quedó.  
Los acusados fueron identificados como Rubén Ariel Olea, de 35 años, y Raúl Héctor Carrizo, de 37. Son amigos y vecinos del llamado Kilómetro 4, informó el subcomisario Pedro Alaniz, jefe de la 11ª.
El robo sucedió la noche del jueves, en una casaquinta ubicada en el kilómetro 701 de la Autopista de las Serranías Puntanas. Ocurrió entre las 20 y las 22:30, la franja horaria en la que Ricardo Ángel Jorolovich, el dueño de la estancia, aprovechó para ir hasta la ciudad, a hacer unas diligencias.
Cuando Jorolovich regresó supo que en su ausencia habían entrado a robarle. Tres de las puertas de la casa estaban violentadas, su interior estaba revuelto y faltaban seis lechones faenados, de aproximadamente diez kilos cada uno, ropa de cama, un horno a microondas, una pava eléctrica, una plancha y utensilios de cocina, detalló el subcomisario.
La quinta no está situada al borde de la ruta, sino en medio del campo, a unos mil metros de la autopista. La entrada tiene una tranquera doble, pero los delincuentes no entraron por allí. “Calculamos que ingresaron a campo traviesa, llegaron, violentaron las puertas, cargaron todos los elementos en un carro y se fueron nuevamente por el campo”, contó Alaniz.
Esa misma noche, los policías trataron de seguir el rastro que el carro había marcado en la tierra, pero la oscuridad y la hostilidad del terreno no les permitieron llegar muy lejos.
Al día siguiente, a la mañana, reanudaron la búsqueda. “El rastrillaje nos llevó hasta el Kilómetro 4”, relató. Las averiguaciones en ese barrio los condujeron a dos nombres: Rubén Olea y Raúl Carrizo. Y ese dato, a su vez, al primero de cuatro domicilios, Mitre 1908.
Con la autorización del juez de instrucción Penal N° 1, Alfredo Cuello, los efectivos de la Seccional 11ª allanaron ese primer lugar, en el que no vive Rubén pero sí sus parientes. Alrededor de las 11, cuando los uniformados entraron sorprendieron a los dos sospechosos. Estaban junto a otros ocho comensales, la mayoría familiares de Olea, a orillas de una parrilla. “Secuestramos los seis lechones y una motosierra y detuvimos a Olea y Carrizo”, refirió el subcomisario.
Los allanamientos continuaron en Mitre 1944, Los Lirios 1654 y culminaron en el lote 135 del Kilómetro 4, alrededor de las 16. La primera de esas tres requisas no resultó positiva, las últimas dos sí.
En la vivienda de calle Los Lirios, la de Olea, estaba su esposa. De allí los investigadores recuperaron el horno, la pava eléctrica, la plancha, dos bolsones de carne y ropa de cama escondida en una bolsa de nylon y en otra de arpillera. En la casa de Carrizo, del lote 135, encontraron una carabina y una garrafa. El arma estaba oculta bajo unas prendas.
Aunque los sospechosos aún no fueron indagados por el magistrado, la entrega de una parte de los bienes recuperados debió precipitarse. Alaniz explicó que, dado que los lechones no podían aguardar todo el tiempo que conlleva el reconocimiento de los elementos fuera de la cadena de frío, que les permite conservarlos en buen estado, el juez ordenó que los animales fueran entregados a su dueño de inmediato.