La noche ameritaba un cierre de semana tranquilo y la propuesta de la cantautora Claudia Prett en la sala del auditorio Mauricio López era una de las indicadas para quienes buscan compañía musical.
Junto a su grupo, "Los Prettzels", la cantante radicada en la Villa de la Quebrada empezó una noche que terminó con el debut de los mendocinos "Negro Falucho", quienes mostraron performances eléctricas que revelaron que poner el volumen alto no significa potencia, sino que el talento y la química grupal fue lo que propulsó un octanaje sonoro con un gran desempeño en vivo.
La inexistente fila en el hall demostraba que los puntuales llegaban a tiempo pero no con ansiedad. Ubicarse en la comodidad del auditorio era cuestión de gustos y las ganas de disfrutar desde cualquier ángulo el desarrollo de las acústicas canciones, aún cuando demasiados seguían afuera entre charlas, fue posible gracias a la amplitud del lugar y la escasa convocatoria.
En la sala está prohibido fumar y comer pero el aroma a sahumerio nunca fue más preciso para crear un ambiente que Claudia conoce a la perfección. Tiene una vida curiosa la cantante: nacida en Austria, de madre colombiana, hace varios años se radicó en un campo de Villa de la Quebrada, desde donde propulsó sus canciones.
Ya en el escenario, la concentración en la audiencia fue tal que todos estaban reclinados en las butacas y reaccionaban en los cortes con aplausos fervorosos para después volver a su introspección.
Al escuchar un elogio al Nobel de Bob Dylan, Claudia se manifestó contenta por el logro de quien fue uno de sus guías musicales. Aunque la cantante tenga un inconfundible aire a Janis Joplin, congénere del reciente Nobel de Literatura.
En camarines, durante la previa, Claudia y su banda brindaron con un vino tinto en honor al viejo Bob y el resto del equipo hacía una ronda con cerveza artesanal. “No canto en inglés, sino le haría un tema”, confesó la cantante, sin esconder su admiración.
A la poesía de Claudia se le sumó para la banda un grupo de reconocida experiencia en otros combos locales. Con miembros de "Los elefantes efervescentes" y "Las Babosas", la música se eleva y sostiene la lírica de Prett.
Con Mayra Alba al bajo y su compañera rítmica Valentina Iocco en batería, sonaron "Trampas del poder", "Las garzas en la bruma", "La Pachamama está caliente", "Ser o tener", y el clásico "Vidala para mi sombra", la oportunidad en la que Claudia acotó que “se toque de la manera que sea", un tema Atahualpa Yupanqui tiene que quedar bien.
En el tema se destacó la ejecución muy aplaudida de Juan Ledesma con una guitarra bien eléctrica. La despedida se dio con "Copla del monte".
Tal fue la camaradería que hubo en la sala que varios subieron al escenario a saludar mientras preparaban los equipos para la siguiente banda.
Peleas entre el morenaje
"Negro Falucho" es un power trío formado por Martín Sánchez en guitarra, Javier Guajardo al bajo y Matías Gorordo en percusión.
“Estamos aceitados porque tocamos desde 2012”, dijo Martín, quien comentó en camarines su alegría por llegar a San Luis primera vez.
El nombre de la banda se debe al hablar tanto sobre el personaje que tocaba el tambor en el ejército de San Martín. "Nos quedó dando vueltas y lo elegimos, tuvimos muchos en cuenta”, destacó el guitarrista, quien elogió algunos nombres de bandas de San Luis. "Polen y Elefantes Efervescentes son los mejores”, rió.
El trío se mostró justo y preciso, no economizó recursos y utilizó todos los que tuvo al alcance de sus dedos, en las cuerdas, de sus pies con las pedaleras o en sus palmas inclusive, con un percusionista que deleitó a base de golpes certeros sobre un cajón peruano que fue el centro de atracción.
En vivo, la canción "Mantra" tiene una parte improvisada lo que demuestra la buena química que hay entre los músicos.
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