Giuli, una joven mercedina que brilla en las aulas de México

La voz femenina que llega desde el otro lado del teléfono tiene la inconfundible tonada mexicana. Pero cuando Giuliana Triberti, a más de ocho mil kilómetros de distancia de su suelo natal, empieza a contar su historia y sus sueños, demuestra que lleva los colores argentinos bien grabados en su ADN. La joven nació en Villa Mercedes y vive en México desde el 2001. Recibió una distinción del  Instituto Tecnológico de Monterrey, en donde cursa sus estudios secundarios, por tener uno de los tres mejores promedios de la escuela, que es la más prestigiosa del país azteca.

Tiene 17 años y se fue de Argentina cuando todavía no cumplía los tres. A Sergio, su padre, le ofrecieron un traslado en la fábrica en la que trabajaba y como se vivían los tiempos del "corralito" durante la Presidencia de Fernando de la Rúa, los Triberti no dudaron en emigrar.

Por eso, la muchacha vivió prácticamente toda su vida en tierras mexicanas. Sin embargo, admite que fue "un cambio muy radical y se me hizo muy difícil porque yo quería estar en Argentina, hablar con el acento argentino y estar con el resto de mi familia. Pero siempre fui bastante social, hice muchos amigos y me terminé acostumbrando", le contó a El Diario en una comunicación telefónica.

Con mucha disciplina en el estudio, se adaptó también a la vida escolar y siempre se destacó con buenas notas. Ahora cursa el último semestre de la preparatoria, lo que en México equivale a los últimos tres años de la secundaria argentina, en la sede que el "Tec" (así apodan al instituto) tiene en el Distrito Federal. Hace algunas semanas, obtuvo un diploma por tener un promedio de 97 puntos sobre un máximo de 100. "Durante los semestres, si tienes promedio arriba de 95 te dan un reconocimiento y yo obtuve uno de los tres mejores de toda la escuela", explicó.

Estar en el podio de los mejores estudiantes, además de empachar de orgullo a su mamá Fernanda, le posibilitó obtener una beca para realizar un intercambio académico durante cuatro meses en la ciudad italiana de Florencia.

"Si bien México nos adoptó como hijos y nos sentimos como en casa, siempre es difícil estar en otro país y competir con la gente local. Lo que ha conseguido 'Giuli' es un gran orgullo porque el 'Tec' es una de las mejores escuelas y tiene nivel internacional", valoró la madre.

Pero los logros de la jovencita no terminan ahí. "Es una cajita de sorpresas", la definió Fernanda. Durante varios años integró el comité olímpico mexicano como gimnasta en trampolín y desarrolló un proyecto de tutorías para ayudar a mejorar el rendimiento académico de los estudiantes universitarios de medicina. "La idea surgió porque mi hermana Agostina (de 21 años) cursa esa carrera y yo veía que se estresaba demasiado y no le iba bien en las calificaciones. Noté que resumía y un día antes del examen intentaba aprenderse todo de un sopetón. Entonces la ayudé a organizarse y le voy tomando pequeños exámenes cada semana para que tenga todo fresco", reveló la chica. El proyecto fue presentado en el instituto y es evaluado para aplicarlo con el resto de los alumnos.

Con una gran madurez para su edad, Giuliana tiene claro lo que quiere para su vida. Cuando termine el colegio, estudiará finanzas en la universidad y siempre sueña con regresar a su Villa Mercedes. "La idea de ella es volver. Yo creo que cuando sea más grande se va para Argentina, porque quiere aplicar todo lo que ha estudiado en la ciudad", reveló la madre. "Desde chiquita siempre quise regresar. Yo no me he nacionalizado mexicana. Sé que podría tener las dos nacionalidades, pero no quiero. Ser argentina es un orgullo que llevo", expresó Guiliana y su voz dejó adivinar una sonrisa.