“Para nuestra comunidad, es una fecha histórica”, expresó el padre Ignacio Daminato, vicario episcopal de la ciudad y el sur provincial. Y es que Villa Mercedes, se convirtió en la primera ciudad de San Luis en contar con un cinerario parroquial. El refugio, donde descansarán los restos de los católicos que fueron cremados, ya funciona en la plazoleta de la Virgen, al margen de la parroquia Nuestra Señora de la Merced.
Quienes elijan no sepultar a sus seres queridos, deberán firmar un convenio con la Iglesia. Además deberán presentar copias originales de los certificados de defunción, más el permiso de cremación. El registro quedará asentado en el libro parroquial de "La Merced" y el titular, tendrá que llevar un testigo. “Luego se coordina el día y la hora. En la ceremonia, seguramente se hará un responso (oración), por los hermanos fallecidos”, señaló el vicario episcopal.
La inauguración del santuario fue el miércoles a la noche, luego de la ceremonia por el día de los difuntos. Una vez que finalizó la misa de las 20, los feligreses, funcionarios y vecinos, se trasladaron a la calle España. Allí, el sacerdote bendijo la obra y agradeció a los que “ayudaron para concretar este anhelo”. El intendente Mario Merlo, encabezó la ceremonia junto al cura y dijo que para los mercedinos, es un “hecho importante, ya que le permite a los creyentes de San Luis, poder tener un lugar seguro. El padre tenía esta idea desde hace un tiempo y cuando construimos la plazoleta de la Virgen, se pensó en este proyecto y pudieron concretarlo”.
El cinerario tiene la forma similar a un bautisterio y está hecho de mármol en color negro y blanco. Tiene una imagen de Jesús en dorado y la frase “yo soy la resurrección y la vida”, acompaña la figura. A su alrededor, en el piso, se encuentran cinco fosas que tienen una capacidad para almacenar los restos de hasta tres mil personas cremadas cada una. Para mantener la seguridad del lugar, instalaron un cerco de rejas.
Daminato destacó que el servicio es gratuito y que es un compromiso “para siempre”. Los católicos deberán anotarse en la secretaría de la parroquia, de lunes a viernes de 9:30 a 12:30 y de 17:00 a 20:00. Los sábados, sólo de 9:30 a 12:30.
“Es una obra pequeña pero muy significativa, ya que responde a lo que el Papa dijo hace poco, sobre la prohibición de esparcir las cenizas en lugares públicos o tenerlos en los hogares. Si bien desde el año 68, Pablo Sexto habló sobre este tema, sigue siendo una costumbre la cinerización de los cuerpos. En definitiva, esto responde a una obra de misericordia, que es la de dar digna y cristiana sepultura a los fieles difuntos”, sostuvo el vicario.
Luego de la inauguración, el cinerario atrajo a muchos cristianos que desconocían de la modalidad o que habían optado por dejar las urnas con los restos de sus familiares, en casa (Ver recuadro). "Tuvimos muchas consultas, más de las que esperábamos. Muchos no saben esto, es lo que la iglesia nos enseña, que los restos deben ser sepultados para que, así cómo Cristo, esperamos la resurrección. Gran parte de las personas que vinieron a consultarme, no sólo pensaban a futuro con ellos mismos, también vino mucha gente que quería traer a sus familiares", comentó Daminato.
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