Cerró la 12ª edición del Festival de Tango de Justo Daract

Persistente, instalado en la vida social de un pueblo, el Festival de Tango de Justo Daract, terminó su edición número 12 con una seguridad: en el lugar que lo contiene, diciembre se vive al ritmo del encuentro. La excelente convocatoria que tuvieron las tres noches, fueron la demostración de que el festival en su tiempo de vida,  consiguió algo que no todos los encuentros consiguen: instalarse entre la gente.

Con un promedio de cinco mil personas por noche y mucha gente en los paseos de compras de los alrededores, el factor central a la hora de explicar el fenómeno, es la querencia que la sociedad daractense forjó en todos estos años de tango. Más que la grilla de artistas, que la gratuidad de la entrada, que la oferta gastronómica, que el organismo que lo organice, al pueblo daractense le interesa que el festival se haga.

Del viernes al domingo, el Anfiteatro de los Sueños fue el punto de reunión de familias enteras que fueron a aplaudir a los cantantes nacionales, pero también a conocer las propuestas provinciales (Villa Mercedes fue la localidad que más números aportó arriba del escenario) y, sobre todo, a apoyar a los hijos del pueblo.

Entre los  artistas daractenses que desfilaron en el festival, el domingo "Sanluistango" y Reynaldo Yanos, ambos nacidos en el pueblo pero con desarrollo de sus carreras fuera de él, fueron de los más queridos. Sin contar, por supuesto, la injerencia histórica que sigue generando Américo Moroso, siempre vigente, siempre vital, siempre simpático, hacia el camino definitivo a la estatura de prócer.

El ballet "Laberinto tanguero" demostró el trabajo que hace años generan no tan silenciosamente dos profesores esmerados por sus alumnos, de diversas edades, clases sociales y capacidades físicas. El reconocimiento que le dio el público fue un acto de justicia.

Un elemento determinante para la exitosa convocatoria fue el clima: las tres noches daractenses fueron espléndidas, con algún descenso de la temperatura después de la medianoche, pero nada que no se pueda solucionar con un abrigo liviano.

Acaso el mayor problema histórico del festival sea el horario. Es tan amplia la grilla que, aún respetando los horarios establecidos, los últimos grupos terminan muy tarde (en algunos casos después de las tres de la mañana) en muchas ocasiones ante un puñado de persistentes. El caso que más se lamentó en esta edición, fue el primer día, cuando "Amores tangos" cerró la noche ante unos pocos espectadores que pudieron disfrutar de la divertida propuesta.

Otra cuestión que se advierte en lo periférico del festival es el movimiento económico que genera. La realización del show implica que locutores del pueblo, radios, empresas gastronómicas y de otros servicios también, esperen el último mes del año para aprovechar la celebración. En ese punto, Justo Daract generó periodistas especializados en tango y una camada de personalidades que se jactan de conocer el pasado del festival de memoria.

Uno de los más recordados en ese aspecto fue Enrique Guardia, un periodista de la localidad que falleció en octubre y que sentía al festival como propio. Su familia, visiblemente emocionada, recibió el Cóndor de Oro el domingo.

En gran parte, la organización del festival de tango Américo Moroso 2016 estuvo a cargo de artistas. El Subprograma de Gestión Cultural fue el ente que se puso sobre sus hombros la logística del encuentro.

La última noche

A nivel artístico, la despedida de la edición número 12 del Festival "Américo Moroso" dejó la sensación de que algunos bueyes solos, se lamen bien. Guillermo Fernández –un número puesto en la historia del encuentro-, Néstor Basurto, Pelusa Tacunau, el cordobés Carlos Habiague y Richard Cappz junto a Esteban Riera –dos intérpretes que se potencian en conjunto- pasaron entre los locales Roberto Bravo, Reynaldo Yanos, Jorge Falcón, Xintia Etxepare, Leticia Rivero y Hugo Sosa.

Cada uno con su propuesta y su estilo, los intérpretes armaron en conjunto una noche de alto nivel que tuvo buena respuesta por parte del público. El arco estilístico fue de la dulzura del ex Guillermito, que se despidió con un tema dedicado a Justo Daract en el que nombra al Chorrillero, al talento de Basurto –quien estuvo en la provincia hace pocas semanas-; y del vozarrón de Falcón al futuro que encarnan Riera y Habiague.

Sin embargo, la mayor sorpresa de la noche (y tal vez de todo el festival) vino de la mano de un grupo debutante y no precisamente de tango. “Oktubre doble a rewire” –el nuevo proyecto de Roberto De Marco- puede ser considerado el primer grupo de tango electrónico de la provincia y demostró una relajada mezcla con funk que, acompañada de las animaciones de la pantalla gigante, redondeó un gran debut.

Otro grupo de la tercera noche tuvo la infrecuente misión de ser profeta en su tierra. “Sanluistango” es una agrupación que tuvo su germen en Justo Daract y que desde allí se proyectó primero a Buenos Aires –donde están radicados ahora- y luego al mundo a tal punto que tienen integrantes colombianos.

Artistas que organizan

Ariel Silva, el jefe del Programa, es antes que nada un cantante. Despuntó el vicio y la pasión en el escenario mayor el domingo con un par de tangos que tuvieron su estilo.

Antes y después de su presentación, fue y vino con todo lo que implica organizar un monstruo de la  significancia del festival.

El día anterior, Marcelo Altamirano -su mano derecha en el ente gubernamental- también tuvo su momento artístico con Sergio Muriel al piano. Cuando terminó su actuación, volvió a su frenética tarea de jefe técnico del escenario.