Las calles de Villa de la Quebrada ya lucen diferentes. De a poco los comerciantes de todas partes de país llegan para participar de la fiesta que, según cuentan, es una de las más grandes de la zona y donde mejor se trabaja. Son pocos los que arribaron el fin de semana para instalarse sobre las calles Sarmiento y Belgrano, donde alquilan las porciones de vereda los mismos dueños de las viviendas. Sobre el bulevar principal los renta el Municipio, pero allí pueden instalarse recién el 29. El comentario general de los vendedores fueron los precios, que aseguran que este año se fueron por las nubes: los frentistas piden tres mil pesos por metro y la Comuna, 7.500 pesos por un puesto de tres metros.
Lorena llegó desde Córdoba el viernes. El sábado ya tenía su puesto de garrapiñadas y pochoclo armado, y comenzó a empaquetar los dulces, para dejar todo listo. “Vengo desde que era un bebé, mis papás también vienen y ellos venden globos. Yo preferí seguir con el oficio de mi abuela, ella hacía esto y me enseñó. Venía todos los años y alquilaba toda esa esquina”, contó señalando al frente. Su carrito está ubicado en una parcela de tres metros por la que le cobraron, en total, nueve mil pesos. “A eso tengo que sumarle la bajada de luz y el rubro municipal”, explicó.
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