Jerónimo Castillo le imprimió poesía al ejercicio del Derecho. Recién recibido de abogado, el escritor y sonetista de larga trayectoria presentará su libro “Pensador furtivo” esta noche en el salón “Ricardo Rojas”, en Junín 1171 de San Luis. Hará la introducción el poeta Cecilio Lúquez.
La presentación de "Pensador furtivo", de Jerónimo Castillo será este viernes a las 20 en el Centro Cultural Ricardo Rojas, Junín 1171
El escritor nació en Luján de Cuyo, en Mendoza, y a los 11 años llegó a vivir a San Luis. Comenzó a escribir pequeños escritos durante la secundaria y hace 41 presentó su primer libro de sonetos “Pórtico”. A partir de ese momento, no paró de publicar.
Los escritos del conocido poeta rondan por todo el mundo, incluso su último libro está en los estantes de la biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid y en muchos lugares del país. Permanentemente publica en revistas virtuales de España, del sur de Estados Unidos, México, Venezuela, la costa del Pacífico y de Argentina, por supuesto.
“Hace poco me publicaron un poema en inglés, en la India. Un coordinador de escritores de Argentina tomó uno de los poemas de mi primer libro, que se llama ‘La nieve’ y lo tradujo”, comentó Castillo orgulloso. Ésa es sólo una de las tantas publicaciones que posee el flamante abogado.
Jerónimo es un literato en cada palabra y sentencia que para él un libro nunca se escribe como tal, excepto que sea una novela donde hay un argumento, una historia previa. “El libro normalmente nace del acopio de poesías ya escritas en distintos momentos de la vida, una poesía con otra quizás no tiene nada que ver, pero es como la copla que se resuelve en la misma composición”, manifestó.
Castillo lee a grandes escritores nacionales y extranjeros para complementar su labor. “Soy admirador de grandes sonetistas de nuestro país, como José Pedroni, Luis Ricardo Furlan, que todavía lo practica, pero no de forma exclusiva”, dijo. Además de sonetos, el autor trabaja con romance y letrilla, sus escritos se acercan más a la poesía consonante que a la libre, a la que no desdeña, aunque afirmó que para él la poesía no es la forma, sino el contenido.
Después de tantos años de experiencia, no podría pensarse que este padre y abuelo, ya jubilado, tardó cerca de veinte años en escribirle al persistente viento Chorrillero: “No podía hacerlo, pero cuando lo logré, ni yo podía creerlo”, recordó.
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