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Un acusado de violencia niega la versión que dio la denunciante

Por redacción
| 25 de enero de 2017
Pruebas. El hombre conserva las comunicaciones que dan cuenta de que se hablaba con su ex.

Según Lucas Gastón Giménez, todo lo que su ex, María Virginia Barroso Viotto, ha denunciado sobre él ante la Policía y ante el juzgado Contravencional y Correccional de Villa Mercedes, es falso. Sostiene que él nunca la golpeó ni la trató mal. Tampoco, asegura, portó un arma de fuego, ni mucho menos intentó atropellarla con un coche a principios de mes.

 


Ayer, alrededor de la una, El Diario visitó al hombre de 32 años, en su casa del barrio Jardín del Sur. Hacía diez minutos que los policías de la Comisaría 12ª le habían allanado la vivienda. Fueron, según le explicaron, en busca del revólver que su ex les dijo que él tenía la noche del 4 de enero, cuando quiso atropellarla. “Les dije que buscaran y levantaran todo lo que quisieran”, comentó Giménez.

 


Los efectivos estuvieron alrededor de diez minutos. Revisaron la vivienda y su auto. “No encontraron nada… Y no es porque yo haya tirado o escondido algo. Es que no tengo armas”, aseguró.

 


Antes de irse, los oficiales lo citaron para que se presentara esa tarde, a las 18:30, en la seccional, donde Barroso Viotto lo denunció tres semanas atrás. Y él les respondió que a esa hora estaría en la dependencia.

 


Pero anticipó que no se quedará con eso, piensa denunciar a la mujer. Dijo que en la semana se ha reunido con su abogado, Gustavo Reviglio, para solicitar una audiencia judicial. “No sé por qué Virginia inventó toda la película que hizo, pero vamos a hacer las presentaciones que sean necesarias porque me ha escrachado en todos lados”, remarcó.

 


Contó que se conocieron el 6 de noviembre de 2015. “Ella y su nene de 10 años, que tiene de un matrimonio anterior, vivieron un tiempo conmigo”, recordó. Pero la relación estuvo marcada por idas y vueltas. “No nos llevábamos (bien) ninguno de los dos. El problema venía cuando mi hija, que vive en Merlo, venía de allá, porque ella (su ex) tiraba para su hijo y yo para la mía”, afirmó.

 


Viotto Barroso había declarado ante la Justicia que el domingo de Pascuas pasado, Giménez la había golpeado, le había quitado las llaves y el celular, la había encerrado en su domicilio y amenazado con matarla si lo denunciaba. “Es todo falso”, afirmó él.

 


Dice que la conflictiva siempre fue ella. “Una noche llegó alcoholizada a mi casa y me rompió todo. Empezó a gritar y a tirar platos y cosas. Me rompió hasta una ventana, a la que después tuve que cambiarle el vidrio”, abundó.

 


La mujer también denunció que, en una ocasión, él la siguió hasta el hospital y la tomó violentamente de los brazos. Pero su ex afirma todo lo contrario, dice que él fue hasta el centro médico porque ella se lo había pedido. “Yo estaba en lo de mi mamá, comiendo un asado, y Virginia me mandó un mensaje. Me decía que el hermano de una amiga se había descompuesto y me pedía que yo me llegara al hospital (…) Cuando llegué ni me bajé del auto, ellos se acercaron”, narró.

 


Giménez aún conserva en su teléfono la conversación fluida, a través de mensajes de texto, que mantuvo esa medianoche con la que es ahora su ex. En la que el uno y el otro se llaman mutuamente “amor”. “Nos hablábamos bien y todo, porque todavía estábamos juntos”, subrayó.

 


La relación se terminó –afirma- el viernes 16 de noviembre. Desde entonces no volvieron a tener contacto. Por eso para él es inexplicable lo que Barroso Viotto asegura que sucedió a comienzos de mes, en Mulleady 744, cuando él trató de echarle encima un Audi negro y, en el intento por esquivarlo, ella se lastimó el pie derecho. 

 


“Sé que ella sufrió un esguince, porque había subido unas fotos (a la red social Facebook), pero no sé cómo se lastimó. Yo, el día que dice que quise atropellarla, estaba en mi casa”, aseveró.

 


“Siempre hago lo mismo, salgo del trabajo, hago tiempo hasta las nueve y media y paso a buscar a mi mamá, que trabaja en un comercio. La llevo a su casa y me quedo hablando con los vecinos hasta la una o dos de la noche”, detalló.

 


Admitió que, de vez en cuando, conduce un Audi, pero no es suyo. “Es de un amigo. Tampoco voy a pedirle el auto a él para hacer lo que Virginia dijo que hice”, remarcó.

 


La mujer también había dicho que esa noche del presunto ataque él se le acercó y le pidió hablar, y en eso vio que él tenía un revólver plateado, con empuñadura blanca. “Son todas mentiras. No tengo armas, no me gustan. No sé ni lo que es matar un pajarito con una honda, porque cuando era chico nunca fui de hacer eso”, manifestó.

 


Afirmó, por último, que, lejos de ser él quien viola la restricción de acercamiento que tiene hacia su ex, es ella la que no respeta esa orden judicial. Pues el miércoles pasado –recordó el hombre– fue hasta una estación de servicio que todos los días él suele frecuentar. “Si yo no me acerco a  ella ni trato de ir a los lugares a los que va ¿por qué ella sí va a los lugares en los que sabe que me puede encontrar?”, planteó.

 


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