SAN LUIS - Viernes 17 de Mayo de 2024

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Iluminado por una pasión

El cineasta Sebastián Pereyra repasó su carrera y explicó cómo fue que, debido a la Ley de Cine, se logró un espacio importante a nivel país.

Por redacción
| 07 de enero de 2018
Pereyra ganó el premio a Mejor Dirección de Fotografía por "El Encuentro De Guayaquil" de Nicolás Cappelli.

El director de fotografía Sebastián Pereyra es uno de los responsables de iluminar los escenarios para que el resultado final de una película sea óptimo.

 

A los 42 años, Pereyra ganó el premio a Mejor Dirección de Fotografía por “El Encuentro De Guayaquil” de Nicolás Cappelli. Fue en el Festival de Cine de Guayaquil 2016 (por la misma película fue nominado en el Festival Open World Toronto Film Festival el año pasado) pero, para eso tuvo que abandonar su provincia cuando egresó de la escuela Juan Pascual Pringles, y a los 18 años se fue a estudiar Diseño, Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires. Lo hizo a la par de los cursos de ingreso para la Enerc (Escuela Nacional de Realización y Experimentación Cinematográfica), que depende del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, lo que no era fácil, porque en ese momento entraban 8 estudiantes por año. “Fue muy difícil, tanto que el primer año no lo logré, recién en el tercero conseguí todo: logré el coloquio y una beca para estudiar en el lugar que siempre quise: el Enerc”, contó el cineasta, quien se consideró muy afortunado al haberlo logrado.

 

Trabajó en varios proyectos al egresar y la vuelta a sus pagos se dio a través de la Ley de Cine, “esa fue una muy buena idea”, aseguró Pereyra, quien “estaba condenado a vivir en Buenos Aires porque era trabajar ahí o fuera del país, y San Luis Cine permitió que un montón de técnicos trabajaran y se profesionalizaran en la provincia”, elogió.

 

Para Pereyra, la ley nació en una época que estaba muy complicada y “San Luis tomó una decisión que nadie tomaba, y hoy por hoy la Ley de Cine ha sido tomada por ejemplo por un montón de provincias”, destacó el fotógrafo, porque 16 años después “hay provincias que se animan a hacer algo parecido pero no con la intensidad con la que lo hizo San Luis". Citó entre ellas a Neuquén, Jujuy, Córdoba, Mendoza, "que están tratando de lograr su ley provincial y todas miraron el modelo de San Luis”, precisó Pereyra, cuyos primeros pasos en el mundo audiovisual lo conectan a su pasado skater, porque quería sacarles fotos a sus amigos durante las piruetas y su padre “irresponsablemente me prestaba su cámara Reflex -a los 11 años- y todo arrancó con eso, con la fotografía”, bromeó sobre aquella situación inicial.

 

Pereyra, que ganó el premio a Mejor Fotografía con el mediometraje “Agua del bebedero”, de Néstor Colombo, hace pocos días terminó con “No llores por mí, Inglaterra”, dirigida por Néstor Montalbano. “¡Estar con Néstor es vivir una aventura!” dijo con una gran sonrisa. Ambos colaboran juntos hace años. Se conocieron en “5ª a fondo”, siguieron en “Agua de verano” que es “una comedia a lo Montalbano, media bizarra”, sintetizó dándole un adjetivo que defina el estilo del cineasta. Después hicieron unos cortos referidos a Malvinas, también “Soledad y Larguirucho” (la parte del vivo con la cantante folclórica), y “Por un puñado de pelos”, con el Pibe Valderrama y “El Negro” Ferreyra. “Néstor es de los pocos directores argentinos que piensa en el entretenimiento del espectador por encima de todas las cosas”, elogió el puntano a su par.

 

Aunque tardó en responder qué es lo que más le gusta de la profesión, sin dudar Sebastián se definió como “una mezcla entre nerd y algo de arquitecto”, y para trabajar cómodo y seguro, se rodea en su equipo con colegas puntanos, para los que sólo tiene palabras de elogio. “Son muy buenos”, dijo sobre su pareja, Rocío González (que es productora), Eber Galván, Dani Castro y Federico Alsina, quien para él es “el mejor gaffer de Argentina, hizo muchísimas películas en San Luis y me siento bien cuando lo tengo como mi mano derecha”. El trabajo de Alsina es encargarse de la preiluminación de escenas y escenarios de acuerdo con los diseños de iluminación y verificar los equipos necesarios para ello. Su labor la terminan los técnicos de iluminación y electricistas.

 

Su relato vuelve a la Ley de Cine porque filmó más en San Luis que en Buenos Aires, hacía 4 películas por año (en su mejor momento) en la que era Cámara, Asistente de Cámara y Director de Fotografía. “Crecí con la Ley de Cine, y el capital que dejó ese proyecto es la gran cantidad de técnicos calificados que hay hoy”.

 

Pereyra se siente optimista al respecto y considera que San Luis es “El Lugar” para filmar porque cuenta con 16 años de experiencia “y hay un montón de atributos que otras provincias no tienen. Soy muy ‘pro San Luis’ porque tiene una gran diversidad de paisajes, gente capacitada y la provincia preparada”, sostuvo seguro y con una gran sonrisa.

 

El cineasta repasó su carrera y explicó cómo fue que, debido a la Ley de Cine, se logró un espacio importante a nivel país.

 

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