Series de aquí y allá

El acento “yankie”, los escenarios típicos como el Bronx, Brooklyn, o el Time Square Garden ya no acaparan toda la industria audiovisual. Las series europeas son un “boom” en Netflix y hay cada vez más historias que recorren el mundo. El podio se lo llevan las inglesas, con sus clásicos policiales, pero también hubo un gran auge de españolas, francesas, belgas, danesas y alemanas. Una narración diferente, otros lenguajes, paisajes y escenarios. La nueva forma de ver entretenimiento online permite tener acceso a producciones de todo el mundo con un solo click.

 

Sherlock Holmes, el reconocido detective inglés, es apenas el puntapié inicial de una gran cantidad de historias con epicentro en Inglaterra. Mar - cella es un policial que se desarrolla en Londres. La protagonista, policía, recién separada y con algunos trastornos mentales, resuelve sus casos y conflictos familiares en locaciones que se reparten entre el Big Ben y el famoso puente. Del mismo género, Happy Valley también tiene como protagonista a una policía que recorre las calles de Londres en su lucha contra el crimen, con un poco más de cotidianeidades, pero con el mismo acento pulcro. Gemma Foster es la doctora que encabeza la serie Dr. Foster, que relata cómo la vida de la mujer cambió el día que se enteró que su marido le era infiel. También británica. Más de época, Peaky Blinders se centra en una familia de gánsteres de Birmingham en 1919.

 

Pero algo que fue moneda corriente en Netflix el último año fueron las series francesas. La industria de ese país europeo siempre nos deleitó con su re - conocido cine, pero esta vez, y gracias a la globalización audiovisual que llegó con la plataforma de series y películas, pudimos disfrutar de varias producciones. Una de las primeras fue Marseille, algo así como la “House o Cards” del país galo. Un drama político que ya lleva dos temporadas. La miniserie La Mantis causó furor con tan sólo seis episodios. La actriz Carole Bouquet, que fue chica Bond en Solo para tus ojos, interpreta a una asesina en serie encerrada en una cárcel de máxima seguridad que comienza a colaborar con la policía cuando un imitador inicia una seguidilla de asesinatos de la misma forma que lo hacía ella.
 

 

Peaky Blinders.

 

Una de las más nuevas es El Chalet, una historia de suspenso donde no falta sangre. Un grupo de amigos decide pasar un fin de semana en una cabaña donde veinte años antes desapareció toda una familia. O Glacé, narrada en el paisaje helado de Los Pirineos, con el foco en una serie de asesinatos que ocurren en la pequeña localidad de Saint Martin de Comminges. Con una narrativa más lenta, planos amplios, y quizás menos diálogo, las series francesas saben conquistar al espectador con la producción y, claro, con el idioma.

 

Seguimos la recorrida por el viejo continente y llegamos a Bélgica. Tábula Rasa fue una de las series que aportó ese país. Una mujer sin memoria, un hombre desaparecido, una casa embrujada. Un thriller psicológico que no tiene desperdicio para los fanáticos de este género, que seguramente disfrutaron de películas como Memento o El Origen, de Cristopher Nolan. Dinamarca también tuvo su protagonismo con The Rain, una serie apocalíptica donde la lluvia propaga un virus mortal y los sobrevivientes deben ingeniárselas para continuar. Después del éxito de la primera, anunciaron que llegará una segunda temporada. Del mismo país nació Rita, una comedia romántica sobre una profesora, madre soltera y con un carácter fuerte que ya va por su cuarta temporada. Dark, la serie de ciencia ficción alemana, fue furor este año. Sus paradojas en el tiempo y misterios conquistaron al público.

 

Las superproducciones españolas también invadieron Netflix. Con un aire más romántico y de época están Velvet, Las chicas del cable, Tiempos de Guerra y Gran Hotel. La fórmula es siempre la misma: majestuosos escenarios, un vestuario impecable y una pareja de enamorados que deben lidiar con los desencuentros.

El chalet.
 

 

Sin duda las plataformas pagas de contenido audiovisual por internet nos han abierto una puerta al mundo. Hoy es posible tener acceso a producciones de todos los países y no sólo las estadounidenses, como estábamos acostumbrados a ver en los canales de cable internacionales; o las novelas brasileras o turcas que trasmiten los canales de Buenos Aires. De la misma manera las producciones nacionales se pueden ver en el exterior, como es el caso de El Marginal, que estrenó recientemente su segunda temporada; Edha y Estocolmo, ambas protagonizadas por Juana Viale; o Llámame Francisco, la miniserie que cuenta la historia de Bergoglio; sólo por nombrar algunas. Aunque la disponibilidad varía de un país a otro.