Un archivo para visibilizar y reivindicar la vida y lucha trans

La semilla que dejó la pérdida en 2012 de Claudia Pía Braudraco fue una caja de fotos viejas. Fue la herencia que recibió su amiga María Belén Correa y que con otras mujeres más se encargó de convertir en el mayor registro de fotografías y cartas que tiene el país del colectivo travesti trans. A finales de noviembre, las fundadoras del Archivo de la Memoria Trans dieron una charla para dar cierre a la campaña “Hoy decidís vos, vivir sin violencias”, impulsada por la Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad.

“El archivo es un proyecto gestado desde personas trans que, si bien venimos hace muchos años recopilando material, nuestro punto de partida fue el día de la muerte de Claudia Pía Braudraco en 2012, cuando heredó una caja que se convirtió en el disparador de esta colección que llamamos Archivo de la Memoria Trans. Nos empezamos a manejar como una logia, dentro de un grupo cerrado de Facebook que solo se conocía de ‘boca en boca’ para que nadie más que personas trans pudieran participar. Allí comentábamos sobre fotos y anécdotas, pero, sobre todo y el principal motivo, era sabernos vivas”, contó Correa en su disertación.

En un principio realizaron una reconstrucción de dónde habían estado cada una de las compañeras de las décadas de los 60, 70, 80 y 90. “A medida que fue pasando el tiempo dentro de este proyecto que era interno y el cometido era sabernos vivas, compartimos fotos de manera comunitaria que eran familiares, las comentábamos y recordábamos esos tiempos”, dijo.

“En ese mecanismo de recordarnos nos conocimos con Cecilia Estalles y a través de un trabajo que se llamó ‘De la misma especie’, empezamos una relación para poder hacer este proyecto visible y físico. Además, nos capacitamos para poder llamarnos ‘archivistas’, ya que antes solo éramos coleccionistas”, explicó.

El Archivo tiene tres formas de recopilar las fotografías, “por un lado recibimos donaciones, por otro están los préstamos donde quedamos a cargo del material, pero sigue perteneciendo a la persona que lo entregó, y por último hay quienes prestan los documentos para escanearlos y luego los devolvemos”, detalló Correa, quien además nombró al equipo de trabajo que conforma todo este acervo documental: “Magalí Muñiz, Carla Pericles, Carolina Figueredo, Car Ibarra, Ornella Vega, Cecilia Estalles, Cecilia Saurí, Ana Masiello, Lucila Penedo, Mels Petroff y Brian McGough”.

La primera presentación del Archivo de la Memoria Trans fue con la muestra “Esta se fue, esta murió, esta ya no está” en 2017 en el Centro Cultural "Haroldo Conti" de Buenos Aires. El título describe a la perfección el riesgo que conlleva ser una persona trans. A partir de ahí, el programa Ibermemoria les otorgó un subsidio que sirvió para continuar con la actividad. Hoy cuentan con más de 8 mil imágenes digitalizadas.

“Es bastante emocionante escucharlas, a mí obviamente me llega desde lo personal, pero nosotros como trans siempre vivimos muy encerrados, no podíamos vivir libremente y de repente encontrarnos con estas fotografías, de ambientes familiares y demás, nos muestran que había una vida ahí, donde se compartían cumpleaños y reuniones. Son fotografías que sobrevivieron a la discriminación”, describió Pablo Amílcar Ramírez, jefe del Área Diversidad de la Secretaría.

Agregó que este conversatorio permitió “tener sus testimonios en primera persona y esto que para elles es fundamental, visibilizar la historia y hacer que no se repita este genocidio trans, como lo nombran ellas, del cual fuimos testigos y que las nuevas generaciones travestis trans no tengan que vivir de la misma manera”.