Impresores 3D donan máscaras de protección

Con la convicción de ayudar a quienes todos los días luchan contra la pandemia, un grupo de 45 voluntarios repartidos en San Luis capital, Villa Mercedes, La Toma y Naschel crearon la “Unión de Impresores 3D San Luis” (UI3D) y donaron 1.200 máscaras a los trabajadores de la salud de la provincia, a la Policía y a comerciantes.

La iniciativa nació un día después de que el gobierno nacional decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Los integrantes del grupo comenzaron a intercambiar mensajes para ver de qué manera podían colaborar. Fue así que surgió la idea de hacer los protectores faciales. “Comenzamos siendo cinco y hoy somos un montón”, dijo satisfecho Osvaldo Mercau, coordinador del grupo y propietario de SomLax ED.

Con las primeras máscaras en sus manos decidieron contactar a conocidos que trabajan en diferentes centros de salud, luego las concentraron en el Hospital San Luis, ya que ellos los podrían orientar mejor a priorizar los lugares de entrega. Por último, llegaron a ferreterías, estaciones de servicios y a la Policía de la Provincia.

La UI3D no solo está conformada por dueños de empresas privadas que se dedican a la impresión, sino que también se sumaron aficionados particulares que cuentan con el equipamiento, además de establecimientos escolares. Cada uno desde su lugar quiso poner su granito de arena. En la ciudad capital son 19 personas quienes colaboran con esta causa, cuatro son empresas y el resto son particulares, en tanto que en Villa Mercedes son 20 los colaboradores, de los que dos son privados. Desde el interior se sumaron Naschel y La Toma.

Trabajo solidario

Mercau precisó que hasta el momento, con aportes propios, donaron 1.200 protectores, 600 en el Departamento Ayacucho, 450 en Pedernera y otros 300 en la zona norte de la provincia. Contó que además entregaron otros 1.200 a entes privados, a quienes les cobraron una colaboración mínima para comprar más materiales.

El plástico para la elaboración de las máscaras se llama PLA y es un filamento que se utiliza para impresiones 3D. Cada rollo cuesta 1.200 pesos.

La máquina calienta el material y conforma el diseño de las vinchas por capas, a las que les colocan una lámina de PET (tereftalato de polietileno) que cubre toda la cara y lo donó la empresa Celpack SA. Además, llevan dos elásticos para sostenerla en la cabeza. El coordinador expresó que la fabricación puede tardar entre 40 y 50 minutos.

No todo fue tan sencillo para este grupo, ya que aunque los insumos que usan son nacionales. En los primero días de cuarentena las empresas que los distribuyen fueron alcanzadas por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) por no considerarlos productos esenciales. “Ante la fuerte demanda por la fabricación en todo el país se logró conseguir, a través de la Cámara de Impresiones 3D y el Ministerio de Producción de la Nación, que volvieran a operar”, manifestó Osvaldo.

Después de realizar varios repartos, el Ministerio de Salud de la Provincia los contactó. “Querían coordinar las entregas y ver de qué manera podían ayudarnos. Ellos gestionan la compra de material para hacer nuevos protectores que serán destinados para los hospitales de campaña donde estarán los pacientes con síntomas leves de coronavirus”, explicó el comerciante.

“Algunos se quedaron sin producto, pero varias empresas teníamos stock y se lo facilitamos para que pudieran trabajar. Están más de 20 horas al lado de las máquinas con tal de tenerlas a tiempo y entregarlas lo más rápido posible”, aseguró el coordinador. “Todos se sumaron por voluntad propia y por una buena causa. Estamos felices de colaborar”, concluyó.