Mandaron al Penal a acusado de abusar y corromper a una nena

Cirilo Gauna no pidió una prórroga de la detención el sábado, cuando se abstuvo de declarar en la indagatoria ante la jueza Penal 3, Virginia Palacios. Y es que quizás el hombre de 74 años y su defensa suponían que aunque solicitaran ese plazo no iban a poder producir contrapruebas de peso tal que precipitaran aquellas otras que llevaron a la magistrada a ordenar su detención y llamado a indagatoria, bajo la sospecha de que violó y corrompió a una nena de 9 años, en Candelaria. Ayer, el hombre fue procesado con prisión preventiva y, por tanto, trasladado al Servicio Penitenciario Provincial, donde continuará preso.

Gauna, vecino del paraje El Caldén, fue procesado por “Abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar grave daño en la salud física y mental, en concurso con el delito de corrupción de menores doblemente agravado por tratarse de una niña de 9 años y por mediar violencia e intimidación”.

La valoración de pruebas que Palacios hizo en la resolución de ayer toma en consideración, centralmente, a aquellos elementos que fueron reunidos desde el pasado 28 de abril, cuando el papá de la víctima hizo la denuncia en la Comisaría 32ª de Candelaria hasta la fecha, e incluye la declaración que la menor dio en la cámara Gesell. La psicóloga que la hizo dijo que el relato arrojaba signos compatibles con vivencias de abuso sexual. 

Inicialmente, la causa estuvo bajo la órbita del Juzgado Correccional 1 de la Primera Circunscripción Judicial. Pero después, en  la cámara Gesell, la niña dio detalles que determinaron encuadrar lo ocurrido en un delito que es de competencia del Juzgado Penal de turno, por lo que pasó a ese fuero. Y el viernes pasado, con la orden librada por Palacios, policías de la Unidad Regional I viajaron a El Caldén y detuvieron a Gauna.

El último martes de abril, el papá de la nena contó en su presentación que Gauna es un pariente lejano por parte materna, que lo conoce de toda la vida y que era alguien a quien habitualmente veía, ya que iba a su casa y solía quedarse a almorzar y compartía reuniones con ellos.

El abuso, según relató el denunciante, ocurrió en su casa, justamente mientras él y su esposa dormían la siesta en una habitación. Gauna, quien es conocido con el apodo “Cholo”, le había pedido permiso para descansar un rato, y pasó a un sector donde también hay camas. Allí estaba la hija de la pareja, jugando con una muñeca.

Según presume la niña y así lo expresó en la cámara Gesell, Gauna se hizo el dormido. En un momento, mientras ella jugaba, la sorprendió, la tomó fuertemente de un brazo, le tapó la boca y le bajó las prendas inferiores. El abusador fue sorprendido por la mamá de la nena en el exacto momento en que la atacaba, ya que escuchó ruidos y se asomó al sector donde Gauna supuestamente descansaba y la niña jugaba.

El 2 de mayo, el papá de la víctima amplió la denuncia. Relató que al volver de su trabajo, su esposa le dijo que su hija le había revelado que el abuso del 28 de abril no había sido el único. La niña le contó que esa era la cuarta vez que la ultrajaba y que “Cholo” la tenía amenazada para que no hablara. Los ataques, según manifestó la pequeña, habían comenzado el año anterior, es decir, a sus 8 años.