Joyería: Paula Pizani y su arte especial para piel

Para Paula Pizani, un anillo, un collar o una pulsera pueden ser una vía de escape para descargar sus emociones más profundas. Combinado con su conocimiento sobre la antropología y la arqueología, la joyera logra piezas únicas que cuentan una historia y dejan un mensaje grabado en las pieles que rozan. Para la artista es importante respetar y tener siempre en cuenta, al momento de hacer accesorios, el posterior contacto de lo fabricado con el cuerpo.

Este martes a las 17, Pizani inicia la primera clase-taller de joyería contemporánea, llamada “La joya y el cuerpo”. El segundo (y último) encuentro será el viernes. En ambas ocasiones, los encuentros tendrán la modalidad virtual a través de las redes sociales de la Casa del Poeta, de Merlo. Ambos espacios son gratuitos y tienen el fin de dar a conocer una nueva forma de joyería, alejada de la convencional y su mirada comercial, hacia una definida por lo artístico y lo creativo.

“No va a ser una conferencia rígida en la que yo voy a hablar todo el tiempo. Se trata de una charla donde les voy a mostrar piezas desde un punto de vista más sensible, poético y artístico”, detalló Paula. Y agregó que el objetivo es reflexionar y dialogar sobre la relación entre el objeto, la joya y su contacto con el cuerpo.

En el segundo encuentro, los cursantes crearán accesorios personalizados con diversos materiales y cada tallerista podrá utilizar los elementos que le sean familiares y le resulten más cómodos para trabajar.

La joyera nacida en Córdoba, que vive hace dos años en San Luis, detalló que los objetivos a crear "pueden estar hechos con bordado, papel o cualquier material. Lo interesante es poner ese conocimiento al servicio de la generación de un objeto y pensarlo en relación con lo corporal”.

Hace más de 15 años que Paula se dedica a la joyería artística, cuando su primera pasión, la antropología, la llevó a descubrir el valor creativo y la dimensión expresiva que hay en la creación de joyas. En el 2000 comenzó a estudiar sobre el oficio, y cinco años después le dio vida a una marca que lleva su propio nombre.

“Como soy antropóloga también tengo esa inquietud de investigar un tema que a mí me interesa con profundidad. Además, vuelco todo lo que conozco de la arqueología en mi trabajo y lo pongo al servicio de lo que hago”, razonó la artista sobre su proceso creativo, y aseguró que, como todos los joyeros, se inspira en su propia historia y lo que le sucede día a día para confeccionar las piezas.

Al igual que cuando un músico compone una canción, un artista plástico le da vida a un cuadro o un dramaturgo crea una obra de teatro, Paula confecciona collares, brazaletes y anillos para expresarse. “En nuestro caso, hacemos una pieza que tiene un contacto con el cuerpo pero que a la vez va a reflejar inquietudes personales”, finalizó.