Murió el intérprete, compositor y poeta Jorge “Coco” Altamirano

Puede que haya sido la casualidad lo que marcó que el músico y poeta Jorge "Coco" Altamirano haya fallecido en coincidencia con el aniversario 51 de la muerte de su adorado Antonio Esteban Agüero. Pero es difícil no pensar que, dueño de sus actos como lo fue siempre, incluso el que marcó su suspiro definitivo, "Coco" no haya estirado su deteriorado estado de salud para marcar en los almanaques una coincidencia más con el mayor poeta de la provincia.

Puntos en común estéticos y poéticos hubo a montones. Basta escuchar la "Oda a Merlo", la canción de Altamirano que la localidad del norte provincial adoptó como himno para comprobarlo. "Si algún día sube el agua de los mares/ a resguardo voy a estar, aquí en mi pueblo/tengo un arca generosa en tierra firme/, y en su proa esperanzada dice Merlo", reza la letra de la canción.

Y eso que "Coco" había nacido en Villa Mercedes el 20 de mayo de 1951 y eligió Merlo y su cálido abrazo para pasar buena parte de su existencia. De allí, a quedar en la posteridad por ser el autor de la canción más representantiva de la ciudad hubo toda una vida que se apagó lamentablemente este viernes a la tarde.

La historia detrás de la composición cuenta que en 1997, cuando Merlo cumplió 200 años, se abrió un concurso para elegir el himno de la localidad. Entre los muchos autores que se inscribieron, las letras y las melodías de "Coco" superaron a todos sus competidores y hoy en cualquier acto público de la localidad las estrofas se entonan con el mismo sentir de pertenencia con las que las redactó su autor

Por supuesto que en el primer verso del estribillo se menciona a Agüero y toda la letra está bañada de las influencias del poeta.

Esa obra es una demostración más de que Altamirano observó, estudió y difundió la obra de su admirado autor y buscó en cada verso que compuso (para musicalizarlo o no) homenajearlo.

Como lo homenajearon ayer a "Coco" por las redes sociales. "La Casa del Poeta", "La Casa de la Música", "La Universidad Nacional de los Comechingones" (su directora, Agustina Rodríguez Saá posteó además unas sentidas palabras a modo personal), el Círculo de Escritores de Ramallo, el Boliche Don Miranda, la Secretaría de Gestión Cultural e Identidad Merlina, entro otras instituciones lo recordaron.

Altamirano participó varias veces del Festival del Valle del Sol, fue declarado ciudadano ilustre de la localidad hace tres años, fue director de cultural de la Municipalidad merlina y, acaso en su mayor orgullo personal, fue director de "La Casa del Poeta". "Agüero dejó una obra exquisita, poco reconocida en el país. No me imagino las cosas que hubiera escrito si vivía 20 años más", dijo en una entrevista que dio para hablar del autor.

Como escritor, Altamirano publicó un recuento de relatos con cosas que lo impresionaron en "Mensajero de los sueños" y como músico eligió ponerle melodías a algunos versos de Agüero.

Si los hombres eligen cuándo morir, en qué momento dejar la vida terrenal para convertirse en recuerdos cantados, posiblemente "Coco" haya deseado irse el mismo día que su poeta predilecto. Posiblemente se encuentren en algún lado. Altamirano estaría muy contento de seguir aprendiendo.