A fin de año podrían disponer una tercera dosis, dijo Vizzotti
La ministra de Salud de la Nación señaló que la medida alcanzaría solamente a poblaciones específicas. Proyectan escalar la vacunación de adolescentes en octubre.
Ampliar, con una tercera dosis, el esquema de vacunación contra el coronavirus, al menos para algunos segmentos de la población, es una posibilidad que analizan quienes están al frente de la lucha contra la pandemia. Lo reveló este lunes la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, en una entrevista con El Diario, tras la primera jornada de la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) en San Luis. El Cofesa, la cumbre que congrega a los ministros y ministras de las 24 jurisdicciones y la Nación, no solo discutió la lucha contra la pandemia, sino también la aplicación de distintas leyes y el trabajo integral de las áreas de Salud.
—¿Qué nos puede revelar sobre los temas que se trataron en la primera jornada de trabajo? ¿Hubo algún tipo de acuerdo?
—La verdad es que se trata de un encuentro muy importante. Es el primero que se realiza de modo presencial y en una provincia, desde la reunión de Córdoba, que fue en enero o febrero del año pasado. Si bien hemos desarrollado un trabajo intensísimo de manera virtual, el encuentro federal en San Luis es el primero de varios encuentros presenciales. Es un signo más de que mejora la situación epidemiológica, de que avanza la Campaña de Vacunación, del alivio que se siente y de la reactivación económica y las actividades esenciales. Hablamos de campañas de vacunación y objetivos cumplidos. Llegamos a los siete millones de segundas dosis en agosto. Superamos el 60% de cobertura en mayores de 50 años. Son indicadores muy importantes para que, aunque aumenten los casos, tengamos la posibilidad de que no incrementen las internaciones ni las muertes y podamos sostener la atención en el sistema de salud. Hablamos en relación a ese eje, a cómo fortalecer la campaña, a cómo continuar el trabajo en relación a la vigilancia epidemiológica, la gestión de la pandemia y con el planteo de la agenda en otros ejes, como las leyes de Salud Perinatal y Niñez, la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el Plan Nacional de Calidad, el examen de residencia y la reglamentación de la Ley de Chagas. Mañana (por hoy) trabajaremos fuerte en salud mental.
—¿En qué etapa de la pandemia está actualmente el país?
—Sabemos que, hasta ahora, el virus ha demostrado que es impredecible y muy dinámico. Aquellos países que han avanzado mucho en la vacunación actualmente tienen un aumento de los casos. Quienes tienen coberturas altas de inoculación advierten menos impactos en las hospitalizaciones y muertes, pero aquellos que presentan áreas de baja cobertura tienen un impacto en la mortalidad. Nos encontramos en un momento clave, en el que bajamos los casos en invierno y donde aumentamos mucho la cobertura: tenemos el 60% de la población que ya inició el esquema y estamos próximos a llegar al 30% de quienes lo completaron. Tenemos la proyección de segundas dosis en septiembre y octubre. Ese panorama es más alentador si se tiene en cuenta que hemos postergado la circulación predominante de la variante delta. Con esa perspectiva y con una cantidad de actividades muy importantes, con una movilización de personas muy alta y la tendencia de disminución de los casos, la situación nos da optimismo, siempre con el monitoreo, con mucho cuidado, y con la posibilidad de generar acciones correctivas, pero con el pensamiento en eventos masivos, en el partido de Argentina-Bolivia como piloto y con un trabajo fuerte sobre todos los protocolos.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, subrayó que Argentina llegó a esa cantidad de segundas dosis en agosto y referenció que la cobertura a mayores de 50 años superó el 60%.
—Más allá de esa visión positiva ¿hay hábitos de la lucha contra la pandemia que quedarán más allá del actual escenario?
—Ojalá nos queden hábitos. Primero, desde el punto de vista filosófico, deberíamos valorar lo que teníamos antes de la pandemia y que nos parecía normal; de un momento al otro perdimos nuestra cotidianeidad en el mundo. Eso como reflexión social y humanitaria. También debería quedar la solidaridad, el trabajo de las organizaciones sociales en los barrios con el equipo de Salud, que es algo a destacar. Además, hemos adquirido hábitos de cuidado, ojalá el barbijo pronto pase a ser optativo o que lo podamos dejar, pero las medidas de higiene, el aireamiento de ambientes, son acciones que han disminuido la transmisión de otras enfermedades, virus repositorios, diarreas, entre otros. Hay que poner en valor la vacunación, las vacunas y el agua potable son las estrategias que más vidas salvaron, mas allá de la pandemia.
—¿Cuál es la situación con la variante delta en el país?
—La variante delta está en más de 120 países y en muchísimos de ellos de forma predominante, eso se ve en un aumento muy importante de casos a pesar de la vacunación. Donde hay buenos números de inoculaciones, hay menos impactos en las hospitalizaciones y las muertes. Argentina ha tenido éxito en retrasar la circulación de la variante delta con medidas oportunas, a fines de junio, que hicieron que hasta ahora no tengamos circulación predominante. Tenemos algunos casos de circulación comunitaria y estimamos que, como en todos los países, en algún momento pueda tener más circulación. Debemos analizar cómo compite con las demás variantes y cuál es el impacto en ese sentido, pero sí esperamos que para septiembre, con un número importante de segundas dosis, no impacte en las hospitalizaciones y muertes. Estamos con esa expectativa y con la valoración del retraso de la circulación.
—¿Evalúan la posibilidad de aplicar una tercera dosis?
—Siempre supimos que las vacunas contra los virus respiratorios, que son muy parecidas a la antigripal, requieren refuerzos periódicos. La posición de Argentina, que fue reafirmada en el Cofesa, indica que vamos a salir de la pandemia cuando todos los países accedan a vacunar a su población de mayor riesgo. Seguramente se requieran refuerzos, pero en poblaciones muy específicas como el personal de salud y las personas inmunocomprometidas, se trata de una población muy específica. Esperamos después de septiembre, es decir después de las segundas dosis bis, avanzar con otros siete millones de segundos componentes y llegar a otro porcentaje. Luego, en octubre, tenemos la proyección de escalar la vacunación de adolescentes con la llegada importante de vacunas Pfizer. A fin de año podemos pensar en la posibilidad de alguna población que reciba alguna tercera dosis, ese sería el plan a mediano plazo.
Redacción / NTV.


Más Noticias